CONSEJOS Y TRATAMIENTOS PARA CUIDAR LA PIEL DE LAS BAJAS TEMPERATURAS
A congelarse. Tratamientos a base de crioterapia y consejos para proteger la piel de las bajas temperaturas.
Las propuestas más innovadoras de la medicina estética no invasiva apuestan al frío para deshacerse de los rollitos que son resistentes al ejercicio y las dietas. “La criolipólisis es un método de enfriamiento controlado que destruye las células grasas sin dañar la piel y los tejidos. Como consecuencia de esto, este tipo de células mueren naturalmente produciéndose así la reducción de la capa grasa. Es uno de los procedimientos más modernos a nivel mundial”, asegura el dermatólogo Mario Fucks, director médico de M&D Dermacycle.
Coolsculpting es uno de los tratamientos que trabaja con criolipólisis. “Es ideal para tratar zonas grandes y también chicas. Se puede usar en las piernas, abdomen, flancos, papada, espalda, pantalón de montar y rodillas, entre otras”, afirma Fucks. La novedad es el Cool Advantage Petite TM, un aplicador diseñado especialmente para los brazos, zona que pierde rápidamente tersura y elasticidad, formándose las famosas “aletas de foca” o “brazos de murciélago”.
Otra opción es LipoCell Crio, que también actúa a partir de la aplicación de frío controlado y preciso en las zonas del cuerpo a tratar. “Se congelan los adipocitos con temperaturas que van desde los -5 C° hasta los -10 C°, generando una muerte celular programada de la grasa sin dañar tejido ni células circundantes”, describe Adriana Szapinka, médica y directora de BioZone, Centro de Estética. Tras la aplicación, el organismo tarda entre 20 y 30 días aproximadamente en ir eliminando las células muertas, y disminuir el es-
pesor del área tratada ( no produce pérdida de peso, sino una reducción en centímetros de la zona tratada). Cada sesión dura 60 minutos y se recomienda realizar tres cada 30 días. Los resultados completos tardan entre dos y tres meses en apreciarse.
En Bace Centro de estética y Spa ofrecen Criosculping. “Trabaja mediante la crioliporreducción, un procedimiento no invasivo con el que se consigue la cristalización y disolución gradual del tejido adiposo –explica Priscila Dzigciot, directora de Bace–. Con la aplicación de frío sobre el tejido graso, se consigue reducir el espesor de la capa grasa y aumentar el metabolismo basal en zonas localizadas como caderas y abdomen, sin dolor.” No se requieren más de dos sesiones para lograr resultados notorios en reducción localizada de centímetros, asegura Dzigciot. En la piel. Si bien el frío controlado puede ser un aliado para combatir la grasa rebelde, el climático puede transformarse en un enemigo de la dermis. En los días de bajas temperaturas y viento helado, la piel se seca, enrojece, agrieta y lastima. Según la dermatóloga Adriana Raimondi, directora del centro D& M, en este momento del año, la composición de las grasas epidérmicas se modifica y la piel se seca. “A esto, se suma la deshidratación, vinculada con el medio ambiente ( viento y baja humedad) y los espacios calefaccionados. Por eso, es indispensable humectar diariamente.” Por su parte, la dermatóloga Verónica Muchnik, asesora de la marca Natura, recomienda limpiar la piel con jabones en barra o líquido, exfoliarla preferentemente dos veces por semana para fortalecer el proceso de renovación de las células muertas y potenciar la nutrición con cremas que contribuyan a retener la humedad. “Hay que buscar los productos apropiados según las necesidades de nuestra piel. Para la hidratación, son ideales las cremas que incluyen ácido hialurónico, un componente que ayuda a mantener el agua en la piel, más allá de rellenar líneas de expresión y brindar luminosidad.”
Además de cuidar muy bien la piel del rostro, Raimondi aconseja no olvidar los labios: “Al tener menor cantidad de glándulas sebáceas se deshidratan más rápido”. Como es una zona delicada, por efecto de las bajas temperaturas, suele descamarse muy rápido produciendo sequedad y resquebrajamientos. “Hay que elegir bálsamos que humecten rápidamente, como aquéllos que contienen manteca de karité, aloe vera, glicerina, aceite de coco o vitamina E”, recomienda Muchnik. Por más que haya días nublados en invierno, no hay que olvidar el uso de filtros solares. “La radiación ultravioleta contribuye a empeorar los síntomas, por lo tanto, hay que usar un producto con al menos factor de protección solar 30”, agrega.
También hay que prestarle atención a las manos. Las bajas temperaturas, el viento y el uso de guantes, no permiten que respiren y provocan que su piel se debilite. “Carecen de secreción seborreica, lo que produce una resequedad mucho mayor. Humectar entre dos y tres veces al día es indispensable para que no se arruguen o lastimen. Los productos con vitamina A y manteca de karité son grandes aliados.”