VAMOS AL GRANO
Choclos asados. Blanca Cotta da pistas para aprender a elegirlos y tostarlos. Y dice que son tan ricos como los que venden en la playa.
Es época de choclos frescos y se me ocurrió investigar. El vocablo “maíz” deriva del nombre indio “mahiz” que, según Cristóbal Colón, era la base de la alimentación de los aborígenes de Santo Domingo. Como en aquellos tiempos el bueno (o distraído) Cristóbal creía haber llegado a las Indias Occidentales, lo bautizó como “grano de Indias”. Es difícil armar su árbol genealógico, ya que ni siquiera se lo menciona en la Biblia. En cambio, cuando españoles y portugueses pusieron pie en tierras americanas, descubrieron que ya existían extensos cultivos. Por eso se cree que su antecesor silvestre es de Perú, o de México, ¡americanísimo!
Los botánicos (que siempre hablan en difícil) opinan que la planta que le dio origen es el Teosinte ( Euchlaena mexicana), una gramínea parecida al maíz, que crece silvestre en México y Guate- mala. Y cuyo nombre, según la etimología, significa: “grano de Dios”. Es posible que el maíz actual sea un híbrido del teosinte pero, ¿acaso nos preocupa tanto el abolengo?
Cuando voy a comprar choclos, me fijo en su dentadura. Y me las ingenio, entreabriéndoles disimuladamente las chalas para ver si tienen “inquilinos”( gusanitos). Hoy se me ocurrió asarlos a la parrilla. Para alegría de todos, salen igualitos a los que compramos en la playa.