El poder socialdel contacto físico
El tacto es el sentido más desarrollado al nacer. La dimensión afectiva del tacto constituiría un mecanismo relevante para comprender el desarrollo del cerebro social. Y nos recuerda que en plena era de hiperconexión tecnológica, nada reemplaza la sensaci
Solemos experimentar cotidianamente lo indispensable que resulta el sentido del tacto para nuestra vida. Así, podemos distinguir los rasgos físicos de las cosas o a qué temperatura el agua es más relajante para ducharnos. Pero también a través del tacto podemos sentir la reconfortante sensación de una caricia cuando nos sentimos angustiados o la confianza que brinda un apretón de manos. Es decir, a través del tacto se transmite también información afectiva y social relevante.
El cerebro recibe información sobre los estímulos que tocamos a través de una variedad de fibras nerviosas y receptor es sensoriales, llamados“mecano receptores”, que responden pre fe rencialm ente a distintas estimulaciones. Ciertos tipos de fibras, localizadas en todo el cuerpo (especialmente, enlaspalmas) discriminan propiedades como forma y textura de elementos del ambiente. Estas fibras están envueltas en una sustancia grasa llamada “mielina”, que permite que los mensajes eléctricos del sistema nervioso sean conducido s rápidamente. Otras, llamadas“fibras C ”, no están miel in izadas y conducen información más lentamente. Se las relaciona con la percepción del dolor y la picazón. Si bien ciertos estímulosd olorosos se sienten rápidamente, percibir los detalles que transmiten las fibras C lleva más tiempo. Esto explicaría por qué suele haber un intervalo entre que nos lastimamos y el inicio del dolor. Por su parte, las llamadas fibras C-táctil (CT) oC aferente( nombre que indica que llevan información hacia el sistema nervioso central) se encuentran solo en regiones de la piel donde puede crecer pelo, como el antebrazo. Responden, por ejemplo, a caricias suaves y lentas, y a temperaturas cercanas a las de la piel humana. Su activación se relaciona con las sensaciones de placer.
Mientras que es claro que, para sobrevivir, necesitamos un sistema de alerta para detectar el dolor, la neurociencia analiza la potencial relevancia de las fibras CT que responden a esta estimulación suave, no dolorosa. Probablemente su función sea registrar las sensaciones placenteras provenientes del tacto y el contacto físico para fomentar la interacción humana. Evidencia adicional a esta hipótesis proviene de investigaciones con otras especies animales.
Animales gregarios, como los primates, presentan una conducta llamada “acicalamiento social”, que consiste en limpiar, des para si ta ro cuidar de otra forma el cuerpo ola apariencia de otro individuo de su especie. Además de preservar la higiene, esta actividad serviría para marcar jerarquías, forjar lazos sociales basados en la confianza e incrementar el éxito reproductivo. En humanos, se viene estudiando la importancia del contacto físico y el apego para el establecimiento de las relaciones sociales.
Sabemos que el tacto es el sentido más desarrollado al nacer. Incluso, hay evidencia de que el sistema CT estaría también activo desde el nacimiento, siendo el tacto afectivo clave para el vínculo madre-hijo. Las fibras CT también ayudarían a construir la imagen de uno mismo como diferente al otro, mediante la conciencia del propio cuerpo. Así, la dimensión afectiva del tacto constituiría un mecanismo relevante para comprender el desarrollo del cerebro social.
Si bien se trata de teorías que todavía están bajo análisis, la investigación en esta área es prometedor a. Fundamentalmente, nos recuerda que, aun en plena hiperconexión tecnológica globalizada, nada reemplaza la sensación de bienestar que produce el abrazo fuerte de un ser querido.