LA COLUMNA DE FELIPE PIGNA -
El12dejuniode 1910, el colegio electoral consagró la fórmula Roque Sáenz Peña - Victorino de la Plaza. El presidente electo se encontraba en Europa y emprendió el viaje de regreso a su país.
A poco de llegar concertó dos entrevistas clave: una con el presidente Figueroa Al corta y la otra con el jefe de la oposición, Hipólito Yrigoyen. En la entrevista con el caudilloradical, enlacasadel diputado Manuel Paz el 2 de octubre de 1910, Yrigoyen se comprometió a abandonar la vía revolucionaria para tomar el poder ySáenz Peña ala sanción delatan desea da Ley electoral. Yrigoy en le pidió al presidente electo que intervenga todas las provincias, para evitar los manejos de los gobernadores adictos en las futuras elecciones. Sáenz Peña se negó a emplear este método y le ofreció aYrig oyen la participación del radicalismo en el gobierno.
La entrevista fue un éxito porque Sáenz Peña logró su objetivo: el compromiso de la participación electoral del radicalismo en futuras elecciones con una nueva ley electoral que garantice la limpieza y libertad de sufragio.
El 12 de octubre asumió el nuevo gobierno y Sáenz Peña cumplió con su palabra enviando al parlamento el proyecto de Ley de Sufragio que había elaborado con la colaboración de su ministro del Interior Indalecio Gómez que establecía la confección de un nuevo padrón, basado en los listados de enrolamiento militar, y el voto secreto y obligatorio para todos los ciudadanos varones mayoresde18años.
La ley significaba un gran avance pero no eran pocos los excluidos por la ley. Las mujeres ( casi la mitad del padrón), los extranjeros, los habitantes de los territorios nacionales, loshabitantesde municipios con pocos habitantes que no podían elegir autoridades municipales y en los municipios en los que se podía elegir sólo podían votar a sus autoridades locales los propietarios contribuyentes.
El presidente presentó el proyecto así: “He dicho a mi país todo mi pensamiento, mis convicciones y mis esperanzas. Quiera mi país escucharla palabra y el consejo de su primer mandatario, quiera el pueblo votar ”.
El fin del fraude significaba un avance hacia la democracia en la Argentina y la posibilidad de expresión de las fuerzas políticas opositoras que habían sido marginadas por los gobiernos conservadores. En las primeras elecciones libres llevadas adelante en la Argentina, en elmismo1912, labancadaso- cia lista crece y se suceden los triunfos radicales en Entre RíosySantaFe.
Aumentó la participación electoral, que para 1914 llegó al 62,85% del padrón total, mientras que en las últimas elecciones anteriores ala Ley Sáenz Peñallegóal5%.
La salud del presidente comenzó a deteriorarse a comienzos de 1913. Una y otra vez debió solicitar licencia y debió finalmente delegar el mando a Victor in o de la Plaza en octubre de ese año. Sáenz Peña falleció en Buenos Aires en la madrugada del 9 de agosto de 1914, mientras en Europa estallaba la Primera GuerraMundial.
La Ley por la que había luchado siguió vigente y amplió la participación política de los nuevos sectores sociales argentinos y según los deseos de la oligarquía más lúcida encarnada por Sáenz Peña integró al sistema al radicalismo y al socialismo. Con la Ley Sáenz Peña, la élite gobernante había dado un paso hacia su consolidación y legitimación, nadie podía seguir argumentando que aquel régimen político, base de sustentación del poder real, era fraudulento y carente de legalidad. A partir de ahora las responsabilidades de la administración y sostenimiento del sistema serían compartidas, aunque claro, el poder real seguiría en las mismas manos de siempre.
El fin del fraude significaba un avance hacia la democracia en la Argentina y la posibilidad de expresión de las fuerzas políticas opositoras que habían sido marginadas.