El estrés del coronavirus y la relación con la tiroides
La cuarentena que empezó como un relajante parate al poco tiempo me empezó a resultar insoportable. Vivo sola, quedé alejada de mi pareja y estoy aumentando de peso. Como tengo hipotiroidismo tengo temor a que empeore. ¿Puede ser que esto pase? Nilda Caponi, Bernal
En general se asocia al estrés con el exceso de actividades que se deben cumplir, a tener poco tiempo, a sentirse presionado a lo largo del día. Sin embargo, en la época actual de cuarentena y aislamiento social por el coronavirus, por el contrario, también la inactividad, la pérdida de las rutinas cotidianas o no saber cómo ocupar el tiempo vacío también puede generar estrés.
Cuando éste se prolonga, afecta negativamente al funcionamiento del organismo y puede causar variados trastornos por el estado de alerta al que está sometido el cuerpo.
Aunque la variedad de consecuencias pueden ser múltiples, una a destacar es lo que ocurre sobre la tiroides. Es importante conocer que esta pequeña glándula cumple una función determinante en el organismo, sea a nivel del metabolismo en general o sea a nivel emocional y psicológico.
Desde hace muchos años se sabe que tanto el aumento de la función tiroidea (hipertiroidismo) o su disminución (hipotiroidismo) produce alteraciones psiquiátricas o del estado de ánimo. En el primer caso, las personas exhiben marcada ansiedad y tensión, labilidad emocional, impaciencia, irritabilidad, hiperactividad, exagerada sensibilidad al ruido, insomnio y cambios en el apetito.
Por tal motivo, el principal diagnóstico diferencial es con un trastorno de ansiedad. Incluso, en casos extremos y de severo hipertiroidismo, el paciente puede parecer un esquizofrénico o presentar delirios o alucinaciones. En los adultos mayores el hipertiroidismo puede ser desencadenante de estados de depresión o simular una demencia (se denomina hipertiroidismo apatético).
Por su parte, también el hipotiroidismo se puede manifestar con un estado depresivo, deterioro intelectual, lentificación de los procesos mentales y fallas en la memoria, tanto que en los ancianos puede incluso confundirse con demencia senil y en los niños con debilidad mental.
En consecuencia, en toda situación de estrés que ocasione alteraciones anímicas o psicológicas debe investigarse la presencia de cambios de la tiroides.
Por ser el hipotiroidismo más frecuente se debe prestar atención en todo paciente con depresión, pues su presencia puede magnificar los síntomas depresivos o puede ocasionar la falta de respuesta al tratamiento antidepresivo. Tan importante es la acción de las hormonas tiroideas que su uso puede agilizar la mejoría. Más aun, se ha demostrado que el tratamiento con hormonas tiroideas puede potenciar la acción de los antidepresivos en pacientes con depresión resistente al tratamiento, aunque tengan una función tiroidea normal.
La tiroides funciona en conjunto con las glándulas suprarrenales (ubicadas encima de los riñones) que también liberan una serie de hormonas de gran importancia como son las sexuales o el cortisol.
Cuando una persona sufre estrés, se libera cortisol en exceso para preparar al organismo frente a lo que considera una amenaza. Pero cuando éste se prolonga, impacta también en la tiroides y desacelera el metabolismo de su cuerpo y por este motivo existe una franca relación entre el estrés con el aumento de peso y con la disminución del deseo sexual.
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En la época actual de cuarentena y aislamiento social, también la inactividad, la pérdida de las rutinas o no saber cómo ocupar el tiempo vacío puede generar estrés.
En toda situación de estrés que ocasione alteraciones anímicas o psicológicas debe investigarse la presencia de cambios en la glándula tiroides.