Ninguna damisela en apuros
Una princesa contra los estereotipos. Raya es la nueva heroína de Disney, a la medida de los tiempos que corren. Fue pensada con sentido de diversidad. Sin castillos ni canciones de amor, pelea por los derechos de su comunidad.
Sin galanes de ojos claros, castillos ni canciones de amor: desde hace tiempo las princesas de Disney están en pleno proceso de deconstrucción y contándole nuevas historias a generaciones que quieren seguir soñando con aventuras increíbles, pero que saben que los estereotipos pasaron de moda.
Así fue creada Raya, la protagonista de la gran apuesta de los estudios del ratoncito para 2021, que no sólo es la primera princesa sudasiática sino que decide pelear a puño limpio para defender a su comunidad. En exclusiva, Viva habló con el equipo que llevó adelante una verdadera epopeya, una superproducción que se realizó, durante meses, en plena cuarentena y con equipos de animadores trabajando en su casa y que se estrena en un escenario diferente, con pocas salas de cine abiertas y por primera vez en simultáneo en una plataforma de streaming.
“Yo sé que para muchos de mis compañeros la posibilidad de crear la primera princesa de Disney que viene del sur de Asia les resultaba emocionante, pero para mí lo que más me estimuló a lo largo de todo el trabajo es que ayudé a crear a la nueva superheroína que mis hijos van a amar. No crecí con personajes que representaran mi voz, mi cultura o quien soy yo. Saber que pude ayudar a que eso cambie para mis hijos y a tantos niños alrededor del mundo es una bendición que es difícil poner en palabras”, explicó con sincera emoción el guionista Qui Nguyen.
La historia de Raya y el último dragón, que se conocerá en todo el mundo a partir del 5 de marzo, se centra en una joven de la tierra ficticia de Kumandra, que fue entrenada desde pequeña para ser la guardiana de una gema muy especial, el último recuerdo de un tiempo en el que los dragones se sacrificaron a sí mismos para salvar a los humanos.
Pero sin quererlo esta princesa comete un error que termina despertando a malvados espíritus que siembran división y odio entre las personas. La única manera de encontrar la paz es hallar al último dragón vivo y juntos pensar la forma de revertir todos los males.
Animada de forma digital con una téc
EL FILME SIGUE LA LINEA DE EN DONDE COMENZARON A DESAPARECER LAS FORMULAS TRADICIONALES QUE SE REPITIERON HASTA EL HARTAZGO.
En tiempos pandémicos tiene una novedad: es la primera película de Disney en tener un estreno simultáneo en el país tanto en las salas disponibles de cines y en la plataforma de streaming Disney+ con el método Premier Access, adquiriendo la cinta por un monto extra de $1.050. Esto permitirá ver la película tantas veces como se deseen en cualquier dispositivo favorito a partir del mismo día de su estreno en cine, el 5 de marzo.
último dragón
que están al frente y con los puños listos. Para eso hubo extensas sesiones con especialistas en artes marciales y se coreografiaron todos los movimientos para que respetaran técnicas marciales del sur de Asia como Silat o el Muay Thai.
La fidelidad a estas técnicas es sólo una muestra de cómo se buscó crear una cinta que fuese genuina. “Oriente tiene una relación con los dragones que es muy diferente de lo que se ve en producciones como Game of Thrones, por ejemplo. Para ellos son el símbolo de la suerte y eso está reflejado en nuestra dragona Sisu, que acompaña a Raya, y que tiene una carga de inocencia y optimismo muy bienvenida”, puntualiza Nguyen.
Así, la cultura sudasiática está representada con mucho respeto y detalle en la película gracias a que se formó un grupo de antropólogos, arquitectos, músicos, bailarines y hasta lingüistas que funcionaron como una suerte de consejo asesor para que, incluso en esta historia de fantasía, no hubiesen errores ni se perdiera el espíritu que inspiró todo.
“Kumandra es un territorio inventado pero tuvimos un equipo que se preocupó para que este mundo se sintiera real y tuviera el respeto y amor que sentimos por los sitios reales que fueron la fuente de nuestra inspiración como Laos, Indonesia, Tailandia o Singapur y a los que les rendimos tributo”, explica López Estrada.
Y así como en Raya y el último dragón. esta princesa debe enfrentar el gigantesco reto de unificar a su tierra y vencer a terribles enemigos, el equipo de realización del filme tuvo que vencer el desafío de crear una superproducción en tiempos de aislamiento social. En marzo de 2020 debieron llevarse equipos y materiales de los estudios en Los Ángeles a sus casas y trabajaron a través de videollamadas mientras atendían a sus familias y trataban de no enfermarse.
De acuerdo con uno de sus directores, Don Hall, no fue fácil pero los unió como equipo: “Lo que uno extraña de estar trabajando al lado del otro son las cosas sencillas, como llamar a alguien y decirle ‘No sé qué hacer con esto, ¿me ayudás?’. Ese tipo de interacciones no se traslada bien de pantalla a pantalla pero creo que lo logramos. Raya es una princesa diferente y creo que hicimos una película diferente de forma diferente”.
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Respeto.