DE PAN DULCE Y ACOSTADO
En 1964 recubrió con helado la base del Obelisco porteño para saborearlo. En 1978 creó una réplica de 74 metros y la “acostó”, señalando la caída del ícono y del poder de la Dictadura. Un año más tarde, presentó un Obelisco de 30 metros de alto con 30.000 panes dulces que el público se llevó.