SELLO NIPO-ARGENTINO
En Palermo. Un restó que demuestra que la evolución de la comida argentina pasa también por caminos inesperados y alternativos. UN ARMONICO BLEND DE MALBEC Y SYRAH
acundo y Matías tienen una gran admiración por la cultura gastronómica japonesa. Siempre soñaron con la idea de generar un concepto que fusionara ese mundo con elementos icónicos de la cocina argentina y latina. Lo lograron. Armaron un local alegre con cocina a la vista. La carta es una síntesis entre un modelo de sushi cuidado y marcas argentino-latinas visibles.
Una buena opción que permite explorar la fórmula es el menú de 6 pasos acompañados por 4 espumantes distintos de la prestigiosa bodega Rosell Boher.
La kabocha es una croqueta dorada –de corazón suave– de zapallo cabutia especiado combinada con una salsa alioli muy delicada.
El tataki de pez limón presenta una cocción milimétrica en su parte exterior.
Las gyozas son grandes y brillosas. Su relleno es una bondiola –reminiscencia criolla de las cocciones al disco– que se desarma sola.
Tres ejemplos de la degustación de nigiri: en el Chimi el arroz shari (perfecto), la lámina de panza de pescado blanco, el alioli de lima y el chimichurri crocante se abrazan en armonía. El Provenzal fusiona arroz shari, pesca blanca del día, alioli y una provenzal tradicional enriquecida con cilantro, soja, sésamo y jengibre. El Tuétano combina la grasa del salmón rosado (flambeado) con la del caracú tostado.
Los rolls expresan alma latina y europea. El Sweet Ceviche combina salmón rosado, salsa de queso crema y hierbas, lámina de mango y un ceviche de plumas de cebollas moradas. El Namida ensambla langostinos, palta, ajo negro, salmón rosado y una salsa holandesa de wasabi.
Ultimo paso: membrillos tiernos, dulces y sutilmente ácidos, mousse de queso blanco al curry y crocantes de maíz.
Cuando los enólogos imaginan el casamiento entre dos o más cepas tienen que pensar muy bien cuál será el aporte de cada una en función del resultado final imaginado. La participación de cada variedad se decide tomando en cuenta su fuerza y personalidad. El objetivo es el de lograr una síntesis armónica del blend.
El Ucree Corte Tinto 2020, San Carlos, Valle de Uco, Mendoza, es una unión entre malbec (51%) y syrah (49%).
Luminoso y aromático. La dulzura de la fruta roja del malbec que encuentra la fruta negra madura y las especias del syrah. Sus taninos son adultos y sin asperezas. Acidez refrescante. Equilibrado, placentero y entrador. Precio, $545.