Clarín - Viva

“UNO DUELA COMO VIVE”

Jess Browne. Perdió a su hijo de 28 años cuando él decidió quitarse la vida. Encontró en la escritura un refugio para ayudarse, y ayudar a otros con su libro.

- POR JIMENA BARRIONUEV­O FOTOS: LUCÍA MERLE

Casarse y tener hijos. Ese fue el sueño que Jess Browne persiguió desde sus quince años. Criada en el barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires, en su familia madre y padre ejercían como abogados de familia. Fue quizás la búsqueda de una figura de una madre más presente la que la llevó a desear dedicarse en forma exclusiva y con total convicción a la crianza de sus hijos.

“Mi mamá fue una adelantada a su época. Ella fue profesiona­l cuando, por lo menos en mi círculo social, nadie tenía mamás profesiona­les. Las mamás estaban en las casas. O quizás habían estudiado, pero eran amas de casa. Mi mamá hizo tres carreras y le encantaba trabajar. Pero yo la sentí como una mama ausente. Mi papá se ocupaba de todo. Él nos llevaba al colegio y estaba más en el día a día. Cuando era chica, quería a la mamá típica en lugar de una que estuviera fuera de casa. Por eso yo me quería casar y tener hijos.”

Con veinte años pudo concretar su deseo, se casó, quedó embarazada y tuvo a Ignacio, el primero de sus tres hijos. La pareja no funcionó, ambos eran muy jóvenes y cada uno siguió su camino. Fue casi diez años más tarde que conoció a quien se convirtió en su segundo esposo y con quien vio, una vez más, la posibilida­d de perseguir su deseo de ser mamá full-time.

“Mi pareja de ese momento iba a tener una carrera internacio­nal y yo iba a jugar el juego que a mí me gustaba: ser mamá todo el día. Quería hacerlo. Viviendo afuera lo pude hacer más a conciencia ya que no tenía ni familia ni ayuda. Además nos instalamos en diferentes países –Venezuela, Brasil, Chile y Estados Unidos fueron algunos de los puntos en los que dejaron huella– de modo que pasé por cambios de colegios, de amigos, de contextos sociales. Para mí, dedicarme a mis hijos y jugar a la casita era todo.” Hasta que los chicos crecieron y comenzó a sentir el nido vacío.

Estaba viviendo en Londres, Inglaterra, cuando la tragedia golpeó su puerta. En plena pandemia y confinamie­nto estricto, en el transcurso de doce meses, murieron sus padres y su hijo Ignacio, de 28 años, que dejó cuatro cartas y se quitó la vida. Con el alma hecha pedazos, en su blog y en Instagram –donde tiene miles de seguidores– Jess Browne volcó (y vuelca) sus sentimient­os más profundos y su camino para empezar de nuevo.

Cuando repasa los días anteriores a ese diez de abril en que su hijo partió de

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina