Ex embajador en misión de riesgo

Tras el período en cuarteles de invierno que se tomó al regreso de su misión como embajador en Brasil, el otrora cafierista Juan Pablo Lohlé comenzó a recorrer su pago chico, San Isidro, con la indisimulada intención de desafiar al poder hasta ahora imbatible de Gustavo Posse. Para asumir la menuda tarea de competir en el bastión radical, con la carga de un magro 12% obtenido por el kirchnerismo en la última elección a intendente, el diplomático se tomó la tarea de tantear la predisposición de los referentes del Frente para la Victoria en el distrito para armar una lista común. Una tarea no menos complicada, dado que se trata de sentar en la mesa de negociaciones a dos serios aspirantes a encabezar la boleta K en el municipio: nada menos que el líder provincial de La Cámpora, José Ottavis, comprometido ahora judicialmente por el versión de las coimas que recibió en su celular, y a Santiago Cafiero, quien porta los pergaminos de ser el hijo de Juan Pablo –embajador en el Vaticano– y nieto del histórico del peronismo Antonio Cafiero.