Gigantesco despliegue policial y un desfile de ricos y famosos
Se terminó la espera. El gran día de la segunda toma de posesión del presidente Barack Obama ha llegado. Y junto con la pompa y el fasto de la ceremonia de investidura la ciudad experimenta uno de los más impresionantes dispositivos de seguridad jamás vistos aquí.
Desde hace días, conducir o caminar por Washington es un desafío a la orientación debido al gran número de calles cerradas al tráfico motor y peatonal.
Dentro del perímetro más cercano a los lugares del juramento y del desfile, además de miles de cámaras de vigilancia, los varios cientos de turistas y curiosos llegados desde todas partes del país se cruzaban ayer en cada esquina con grupos de policías de uniforme y de civil, patrullas de agentes montados y unidades de perros entre- nados para descubrir explosivos. Desde anoche fueron cerrados los puentes de acceso a la ciudad sobre el río Potomac. Y se ha restringido el tráfico aéreo y fluvial.
Las autoridades no han revelado el número de agentes ni el costo del despliegue, pero dejaron claro que están preparadas para responder a cualquier protesta, amenaza o emergencia y para facilitar el flujo de tránsito, del público y de los miles de periodistas acreditados.
El Servicio Secreto, la agencia que garantiza la seguridad de los presidentes y su familia, dirige la red de 42 instituciones que se encargarán de mantener la tranquilidad, el transporte y el manejo de las multitudes que se prevé que asistirán a ver a Obama prestar juramento hoy al mediodía.
Las autoridades calculan que unas 800 mil personas irán a la explanada del National Mall para saludar al presidente en su recorrido a pie de poco más de tres kilómetros entre el Capitolio y La Casa Blanca. Será el momento de más tensión, cuando Obama queda más expuesto a lo que las autoridades llaman “el lobo solitario”.
El FBI ha puesto en máxima alerta a varios equipos SWAT y otros grupos especializados en inteligencia, armas, bombas, así como unidades de buzos, francotiradores y agentes entrenados como negociadores en caso de tomas de rehenes. Todo esto para garantizar que nada empañe el fasto de una investidura que contará con la participación de figuras como James Taylor, Beyoncé, quien cantará el himno nacional y Lady Gaga, según deslizaron algunos.
A la noche habrá bailes de gala donde los políticos disfrutarán del glamour y de la compañía de celebridades de Hollywood entre los que estarán Steven Spielberg, Dustin Hoffman, Samuel L. Jackson y Arnold Schwarzenegger. También acuden Sharon Stone, Susan Sarandon, Tim Robbins, Spike Lee, Anne Hathaway, Halle Berry, John Cusack, Leonardo DiCaprio, Demi Moore y Robert DeNiro.