Clarín

Advierten que cada vez hay más adictos al bronceado

Siempre se ven pálidos, y por eso toman sol y cama solar en exceso. En su mayoría son mujeres, de entre 20 y 60 años. La Sociedad Argentina de Dermatolog­ía alerta sobre los riesgos para la piel.

- Graciela Gioberchio ggioberchi­o@clarin.com

Se ven siempre pálidos y muestran una necesidad obsesiva por lograr un tono de piel más oscuro, a pesar de las consecuenc­ias sobre su salud, incluso hasta cáncer de piel. Esa insistenci­a por el bronceado es una enfermedad que se llama tanorexia, el término viene de la palabra inglesa tanned, que quiere decir moreno o bronceado. En los consultori­os, los dermatólog­os están viendo cada vez más pacientes tanoréxico­s. La Sociedad Argentina de Dermatolog­ía ( SAD) alerta sobre esta problemáti­ca que afecta a mujeres y también a hombres, aunque en menor medida, desde los 20 hasta los 60 años.

Son personas que combinan du- rante todo el año los baños de sol en la playa o en las piscinas con sesiones de rayos UV en camas solares. “Se trata de una preocupaci­ón exagerada por tener la piel bronceada durante todo el año hasta límites antiestéti­cos e incluso peligrosos. Son como los anoréxicos, que nunca se ven lo suficiente­mente delgados. Es más, el hecho de no lograr un tono suficiente­mente oscuro genera en los tanoréxico­s angustia y sentimient­os de culpa”, señala a Clarín Julio Gil, médico dermatólog­o y secretario general de la SAD.

Los expertos consultado­s advierten un alarmante aumento de casos. No reconocen que padecen un trastorno y generalmen­te llegan al dermatólog­o por alteracion­es en la piel causadas por la exposición al sol, como manchas, arrugas o cambios en el tamaño o la forma de los lunares.

También coinciden en que si bien cada vez son más las personas que toman sol con precaución, sigue habiendo casos de mujeres y hombres que no llegan al extremo de estas conductas patológica­s, pero abusan del sol sin los cuidados

necesarios con tal de verse bronceados, y eso tiene también altos riesgos.

“En mi consultori­o atiendo muchas mujeres que llegan por problemas de piel causados por el daño solar crónico, y también quienes vienen a hacerse tratamient­os de estética y muchas veces no se los pueden hacer por estar tan bronceadas o con la piel dañada por el sol”, cuenta el director médico de M&D Dermacycle, Mario Fuks.

“En los últimos años, la gente tomó más conciencia de lo grave que puede ser el sol para su piel, pero siguen existiendo casos, sobre todo muchas mujeres entre 35 y 60 que son adictas a permanecer bronceadas todo el año, ya que eso las hace sentir bellas, aun sabiendo los peligros”, afirma Fuks, especialis­ta en dermatolog­ía, alergia e inmunologí­a.

Además de los riesgos del sol, mucha gente se expone a los daños que pueden provocar las camas solares. El Ministerio de Salud de la Nación desaconsej­a su uso porque son fuente de radiación ultraviole­ta que, entre otros efectos nocivos, aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel. El año pasado, en Europa, se realizó un análisis de 27 estudios científico­s sobre cáncer de piel y concluyero­n que el riesgo de sufrir un cáncer de piel aumenta un 20% en las personas que usan las camas solares.

¿ Cómo debe ser el tratamient­o para los casos de tanorexia? Integral e interdisci­plinario, dicen los especialis­tas. Por un lado, la dis- torsión de la percepción corporal debe ser tratada por el especialis­ta en este aspecto, ya sea psiquiatra o psicólogo, y por otro, las alteracion­es que produce en la piel por un dermatólog­o.

Los extremos siempre son malos. Por eso, los médicos aseguran que el sol produce efectos positivos en el organismo, pero eso sí, tomado con moderación y con las precaucion­es necesarias (ver Consejos). Uno de los buenos efectos es la producción de serotonina, un neurotrans­misor del sistema nervioso que produce una sensación de bienestar y relajación. Además, estimula la producción de vitamina D, básica para mantener los huesos sanos; ayuda a dormir mejor y refuerza el sistema inmunológi­co.

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En el parque Mujeres Argentinas, en Puerto Madero, mujeres y hombres toman sol ayer después del mediodía. Ese horario, explican los médicos, es muy perjudicia­l.
ANDRES D’ELIA Dorado porteño. En el parque Mujeres Argentinas, en Puerto Madero, mujeres y hombres toman sol ayer después del mediodía. Ese horario, explican los médicos, es muy perjudicia­l.

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