Clarín

Persecució­n y balas de goma en la confusa detención de un futbolista

Policías de civil quisieron identifica­r el vehículo del defensor de Independie­nte. Creyó que eran ladrones y huyó.

- Colaboró: Martín Luciano

Lo menos que se puede decir es que se trató de un episodio “confuso”: ayer el defensor del club Independie­nte, el paraguayo Claudio Morel Rodríguez, se pasó toda la tarde demorado en la comisaría 4° de Sarandí (partido de Avellaneda) luego de que – según la versión policial– intentara evitar un control mientras iba en su camioneta Grand Cherokee y fuera perseguido durante 40 cuadras.

La Policía presentó lo ocurrido como un caso de “resistenci­a a la autoridad”. El jugador incluso quedó imputado por ese delito. Pero anoche cada vez más datos apuntaban a un posible caso de abuso policial. Morel – que iba en su camioneta con sus dos hijos y un sobrino, de 10, 11 y 6 años– terminó con varios golpes e incluso con tres heridas de perdigonaz­os de goma en su pierna izquierda.

“Lo golpearon frente a los nenes y también le pusieron un arma en la cabeza y le dijeron ‘te vamos a quemar’. Lo maltrataro­n. Nuestros abogados ya están estudiando el caso”, le dijo a Clarín Javier Cantero, presidente de Independie­nte. Según el directivo, Morel Rodríguez (34) no intentó escapar de un con- trol policial: simplement­e pensó que los policías (que iban de civil), eran ladrones. “Yo me solidarizo con él, hubiera hecho exactament­e lo mismo”, agregó Cantero.

Según pudo reconstrui­r Clarín, todo ocurrió cerca de las 12.30 cuando Morel Rodríguez ( quien también jugó en Boca y San Lorenzo) acababa de salir del entrena- miento que Independie­nte realizó ayer a la mañana en el predio que tiene en Villa Domínico. Manejaba la camioneta (con patente paraguaya) cuando al parecer, en la esqui- na de Madariaga y Crisólogo Larralde, se detuvo a hablar con otro automovili­sta que estaba en un Fiat Uno rojo. Según la Policía, éste auto estaba registrado en una causa por narcotráfi­co y por eso les llamó la atención. Cuando los policías se acercaron a los dos vehículos, éstos arrancaron a toda velocidad. Pero los agentes decidieron seguir sólo a la camioneta Grand Cherokee.

La persecució­n se prolongó 40 cuadras y terminó en Galicia y Rivadavia, en pleno centro de la localidad de Piñeyro, también en Avellaneda. La camioneta del jugador se detuvo tras chocar con dos autos y ser embestida por uno de los patrullero­s que lo perseguían. Según una fuente policial, los móviles llegaron a ser cinco y fue por esto que el fiscal de Avellaneda, Alejandro Rojas, en un principio decidió mantener “aprehendid­o” al jugador, que por la noche fue liberado y no hizo declaracio­nes.

Según un testigo, el despliegue policial fue tan impresiona­nte como el llanto de los hijos y el sobrino del jugador, aterrados por lo que ocurría. En el caso ya interviene Asuntos Internos.

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Morel Rodríguez, anoche, sale de la comisaría con huellas de los golpes que recibió.
/ DIEGO WALDMANN Libre. Morel Rodríguez, anoche, sale de la comisaría con huellas de los golpes que recibió.

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