Tras la asunción, asoma un nuevo plan político en la Casa Blanca
Obama podrá cumplir con lo que prometió en su discurso. Todos los expertos coinciden al afirmar que lo que no logre en el primer año será muy difícil que Obama lo obtenga después.
De hecho, en 2014 tendrán lugar las elecciones legislativas de la mitad de un mandato en las que siempre se renueva la Cámara de Diputados ( 435 bancas) – actualmente en manos republicanas– y un tercio del Senado (33 bancas), actualmente en poder de los demócratas. En este contexto, hay incluso demócratas que votarán en contra de algunas de las anunciadas iniciativas de Obama, como lo es el control de la venta de armas, para no perder sus bancas. En efecto, de los veinte senadores demócratas que deberán presentarse para su reelección, siete pertenecen a Estados conservadores en los que Obama perdió contra el republicano Mitt Romney en las elecciones de noviembre pasado. En campaña electoral, los senadores demócratas de esos Estados buscarán distanciarse de Obama con respecto a todos los temas más progresistas. Lo mismo ocurrirá con los diputados demócratas de los Estados más conservadores.
Durante el discurso que pronunció al asumir por segunda vez la presidencia de Estados Unidos, comenzó a emerger con más precisión el perfil de un nuevo Barack Obama. La agenda progresista que presentó es la mejor prueba de que durante su segunda presidencia no buscará consensuar con los republicanos, como lo hizo durante la primera. Todo lo contrario. Al incluir entre sus prioridades temas como la reforma migratoria, el derecho de los gays y el control de la venta de armas, su discurso se transformó en una verdadera declaración de guerra.
Después de una día de silencio y de respeto hacia la f lamante investidura presidencial, la reacción ayer de numerosos legisladores de la oposición fue virulenta. “Para mí, una cosa quedó en claro: con el discurso del presidente, la era del progresismo ha regresado”, dijo el presidente de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell. “Si el presidente busca instrumentar ese tipo de agenda, obviamente el objetivo no es consensuar con nosotros”, señaló.
McConnell se quejó también porque Obama no le dio prioridad al tema fiscal. “Ciertamente su objetivo no es lidiar con el tema trascendental de nuestra era, que es el déficit y la deuda”, comentó. El ex candidato a vicepresidente republicano, Paul Ryan, un buen ejemplo de los ultra conservadores que hoy dominan la Cámara de Diputados, dijo que los encargados de escribir los discursos para la asunción de mando de un presidente siempre intentan unir a todo el mundo pese a las diferencias. “Pero ése no fue el discurso que tuvimos”, sostuvo.
Según Ryan, Obama utilizó la Constitución y la Declaración de Independencia para justificar su agenda que es “partidaria, muy ideológica”. “Y no me sorprende que haya hecho eso porque, básicamente, lo que está diciendo es ‘Yo soy un progresista y voy a gobernar como un progresista. Yo gané las elecciones’”.
En este clima, la pregunta es si