Clarín

Tigre sufrió y al final festejó

Dio vuelta el resultado a 15 minutos del final. La revancha será el martes próximo y allí se definirá el repechaje.

- Walter Daniel Raiño wraino@clarin.com

Una jornada cargada de emotividad, con un estadio semi-colmado, que tuvo un cierre acorde a tamaña expectativ­a. Por primera vez en sus 110 años de historia, Tigre se dio el gusto de jugar un partido por la Copa Libertador­es. Es cierto, esta presentaci­ón fue por la serie del repechaje para ingresar a la fase de grupos, pero el primer paso ya está dado. El triunfo de anoche por 2-1 ante Deportivo Anzoátegui invita a la ilusión y le da a Tigre la posibilida­d de llegar más tranquilo al duelo decisivo del próximo martes en Puerto La Cruz.

Atrás quedó el sinsabor de aquel sueño grande de ganar su primer título continenta­l, tras haber perdido la Copa Sudamerica­na en una polémica final ante San Pablo. Tigre barajó y dio de nuevo. Se preparó a conciencia para este compromiso. Diagramó una pretempora­da más corta pero intensa en Mar del Plata, para darle un buen rodaje y ritmo físico a sus jugadores, ya que además le espera un calendario apretado con cinco partidos (se suman los pendientes del Torneo Inicial ante Independie­nte y Quilmes, y el debut en el Torneo Final con Estudiante­s de La Plata) en 23 días. El trabajo se vio reflejado en cuentagota­s en la cancha: pasó algunos sobresalto­s y le costó bastante progresar con peligro en el ataque.

Con un esquema táctico fijo de 3- 4-1-2, Gorosito apostó a que el equipo tuviera la posesión en la zona media. Marcó alguna diferencia con la ductilidad de Gabriel Peñalba ( el entrenador había solicitado como prioridad su incorporac­ión) para manejar y administra­r el balón, y la repentizac­ión y el desequilib­rio de un jugador explosivo como Rubén Botta ( otro al que el DT pidió que no sea vendido), lanzador de cada jugada con pelota parada.

Deportivo Anzoátegui, que a diez años de su fundación tiene el doble récord de ser el primer equipo venezolano en participar en dos copas internacio­nales en un año ( Libertador­es y Sudamerica­na en 2009) y en ganar los dos títulos en una temporada ( Copa Venezuela y Torneo Apertura en 2012), esbozó esos buenos argumentos futbolísti­cos que lo cuentan como el tercer mejor equipo de la liga de su país. Planteo simple como lanzar la pelota afuera de su área y practicar el toque corto como juego asociado. Sin embargo, cometió graves errores, que fueron aprovechad­os por Tigre. Un dato ineludible: a fines de 2012 tuvo un repentino cambio de entrenador ( Juvencio Betancourt reemplazó a Daniel Farías, el hermano de César, actual DT de la selección de Venezuela) y cinco jugadores titulares se fueron con el ex DT al Táchira.

Anzoátegui arrancó con un llamado de atención: tiro libre de Moreno, el desvío en Peñalba y el manotazo fortuito de García para el oportuno despeje al córner. Luego, reaccionó Tigre y con los envíos largos fue arrimándos­e. Una falla individual y Morales con los puños se lo negó a Galmarini. Enseguida, Botta probó desde afuera y el remate pasó cerquita del palo derecho. Y luego Morales le sacó un cabezazo a Galmarini.

El gran impacto llegó con una jugada aislada. Un pase entre líneas, la defensa mal parada y Jeremías Caggiano (ex Independie­nte y Estudiante­s) definió sin problemas. Primera llegada y gol. Nadie lo podía creer. A Tigre le costó asimilarlo y recién sobre el cierre de la primera etapa, obligó con un tiro libre de Botta que sacó Morales. En la continuaci­ón de la acción se lo perdió Santander de cabeza, tras la mala salida del arquero visitante.

Desesperad­o, Tigre fue por la heroica. Los nervios y la desesperac­ión jugaron con una tribuna que arengó con gritos e inexplicab­les insultos. Anzoátegui se animó y manejó los tiempos. Y tuvo posibilida­des en algunos ataques pero falló. En Tigre intentó Maggiolo sin suerte, probó Peñalba desde lejos y la tiró Orban por arriba. Todo era confusión. Hasta que el enésimo envío de Galmarini al área trajo su premio. La pelota le rebotó a López y Peñalba aprovechó la situación para, con un toque cruzado, clavar el empate. Después, otro sacudón: entre García y el palo evitaron el gol tras un jugadón de Escobar y el remate de Moreno. En el tramo final Tigre encontró la felicidad con otra pelota parada: centro de Pérez García y desvío de Leguizamón con la cabeza para que la pelota viaje a la red.

Tigre aspira a estar en el grupo 2, que ya integran Palmeiras (¿con Riquelme?), Sporting Cristal y Libertad de Paraguay. La ilusión está intacta. En una semana se sabrá si este sueño pasa a ser realidad.

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/ LUCIANO THIEBERGER Nivela el resultado. Gabriel Peñalba convierte el primer gol de Tigre y empata el partido.

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