Israel: una estrella de TV, clave para formar gobierno
Salió segundo y es vital para que Netanyahu vuelva a ser premier.
Sin usar su cinturón marrón de karate ni los guantes de boxeo que se calza tres veces por semana en su gimnasio privado, Yair Lapid es sin duda el gran triunfador de las elecciones israelíes. Su partido, “Iesh Atid” ( Hay Futuro), se convirtió ayer – en contra de todos los sondeos de opinión– en el segundo más votado con 19 diputados de un total de 120, superado solo por la coalición de partidos gobernantes de derecha, Likud-Beitenu, liderada por Benjamin Netanyahu y Avigdor Lieberman.
Así, Lapid y su partido se convirtieron en piezas indispensables para la formación de cualquier gobierno estable en Israel. Ayer dijo que no está de acuerdo con formar un bloque anti-Netanyahu, por lo que se estima que accederá a una alianza con el premier.
Lapid, nació en 1963 en la familia de una conocida escritora y un polémico periodista con posiciones ultraliberales y anticlericales acérrimas. Lapid admira a su padre y emprendió el camino del periodismo y fue columnista del diario Yedioth Ahronot. Como parte de su pragmatismo, participó en campañas de publicidad de bancos que le aportaron gruesas sumas de dinero. Jugó con una imagen de seductor, laico, moderno e intelectual, ocupando hasta hace un año la función de presentador del noticiero semanal del canal privado is-
Lapid se erigió como adalid de la clase media laica que pide reformas sociales
raelí, desde donde –indirectamente– hizo campaña para el partido que lanzó unos meses atrás.
Cuando fue la multitudinaria protesta social en 2011 –una manifestación de la clase media golpeada por la situación económica– Lapid se autonombró como adalid de ese sector que siente que carga con el peso de los impuestos y con la obligación de tres años de servicio militar obligatorio y un mes anual como reservistas, imposiciones de las que están exentos cientos de miles de ultrarreligiosos.
Lapid se dice independiente de todo grupos de interés, de los lobistas y de los partidos “viejos”, por lo que en su lista de diputados no colocó ningún legislador en funciones, lo que significa una innovación y un peligroso experimento a la vez.
Si bien sus posiciones son ambiguas, habla de la necesidad de buscar un acuerdo con los palestinos, atendiendo también a las exigencias y críticas del mundo para con la política exterior israelí. “Los palestinos son una realidad y quizás no nos gustan, o nosotros no les gustamos a ellos, pero es la realidad en la que vivimos hoy. El argumento de Netanyahu de que ‘no tenemos un socio’ es tratar de escapar de esa realidad”, dijo.