“Preocupa el aumento de la violencia familiar”
El preocupante aumento de la violencia familiar en Argentina y en el mundo, es motivo de un profundo análisis a cargo de la ciudadanía y de los gobiernos. Si hay algo que gran parte de los humanos no hemos aprendido aún es la importancia que tiene el respeto entre las personas, especialmente en el ámbito familiar.
No es propio de gente razonablemente educada, comportarse en la casa como lo hace en la calle, en la cancha o en cualquier otro lugar. Se supone que el hombre civilizado, con cultura, sabe respetar su hogar y su familia. Por lo tanto, no debe parecerse al violento que, en desventaja por carecer de educación, solamente sabe actuar con torpeza.
Si bien son muchas las razones que incitan a la violencia en el ámbito familiar (irrespetuosidad, atrevimiento, insensatez, olvido de Dios, etc.) nada es más importante que luchar por lograr o conservar la armonía en el hogar y la convivencia pací- fica. El Estado debe saber que también genera violencia con sus actos y omisiones. Por ejemplo: cuando pagamos $50 o más por un kilo de carne, cuando viajamos como reses en los trenes o en los colectivos, cuando somos robados en la calle o en la fe que depositamos en las autoridades que elegimos democráticamente, etc., etc. (por citar sólo algunas de las causas que lo involucran).
No olvidemos los cristianos que el amor es lo más sagrado. La imagen de Cristo crucificado perdura en el tiempo para recordárnoslo (“Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”) ¡ Cuánto más por sus familiares! Intentemos vivir mejor, no sea cosa que, tarde o temprano, tengamos que solicitar al Gobierno que entrene campeones para que intercambien golpes con los hombres golpeadores, de modo que tengan en frente un rival de fuste para descargar en ellos su ira, lo que, en el colmo de nuestra irracionalidad, consideraríamos pleno de justicia.