Clarín

Una interna caliente que promete nuevos capítulos

El secretario Leandro Rodríguez Hevia denunció que hubo “un golpe de estado de Molina”.

- Maximilian­o Uría muria@ clarin.com

A fines de 2012, Gastón Cogorno y Rodolfo Molina se juntaban con Clarín para una entrevista. Sería una de las pocas veces que lo harían, quizá la única. Era diciembre largo y el calor ya era agobiante. Se presentaro­n ante los periodista­s del diario, mostraron las nuevas instalacio­nes de la sede de Avenida Mitre y hablaron durante una hora. Cogorno era la continuida­d de Molina. “Pensamos en un proyecto a 20 años”, decían a coro. Racing vivía uno de sus mejores momentos institucio­nales de la última década; los logros se enumeraban de a muchos. Todo era color de rosas, hasta que llegaría una pregunta que incomodarí­a a ambos, sobre todo al vice, quien se adelantarí­a a contestar: “¿Peleados nosotros? No sé de dónde salió esa versión. No hay un indicio real para que alguien pueda sacar esa conclusión. Nuestra relación es excelente. Yo creo que a veces los clubes grandes tienen mucha política interna, y tal vez el deseo de ciertas personas es que se generen situacione­s de conflicto”. Rápido, Cogorno ampliaba: “Yo siento que la comisión directiva me apoya. Acá hay gente que está interesada en que nosotros estemos distanciad­os”.

Se sabía que la relación entre ambos era tensa, más allá de esa tibia desmentida. El tema que los comenzó a dividir fue la posible venta de juveniles. El presidente quería desprender­se de las joyas (“Los clubes de fútbol siempre necesitan vender porque son deficitari­os”) y Molina no (“Necesitamo­s un logro deportivo”). Esa disputa sería una canilla abierta que comenzaría a llenar el vaso. Pero la gota que lo hizo rebasar fue la muerte de Ni- colás Pacheco en la sede de Villa del Parque. A partir de ahí, la relación dejó de existir. “Es cierto, la muerte de Nicolás fue un quiebre definitivo”, le dijo a Clarín Leandro Rodríguez Hevia, quien renunció a su cargo de secretario, y además aseguró que “la movida que hizo Molina se parece mucho a un golpe de estado”.

Lo que pasó el miércoles por la noche se puede entender como una gran batalla ganada por el molinismo. Los dos personajes más cuestionad­os por ese sector, Roberto Ayala y Leandro Rodríguez Hevia, ya no están más en el club. Ahora, Molina vuelve a tener la voz de mando en los temas relacionad­os al fútbol profesiona­l: se desbarató el trinomio Ayala- Cogorno-Sabio, quienes manejaban el área sin consultar a nadie, según denunciaro­n los seguidores del vice. Angel Sabio, hombre del cogornismo, por ahora seguirá en su cargo, aunque con muy poca incidencia.

Por lo bajo se escuchan muchos rumores cerca del Cilindro. Hay quienes dicen que la avanzada de los molinistas no termina acá: Diego Raiman, encargado del área de Relaciones Públicas, sería el otro apuntado. Hay que recordar que el primer desplazado fue Rubén Guevara, ex presidente de la sede de Villa del Parque. El debilitami­ento de Cogorno es evidente; la avanzada de Molina, también.

Hoy, el presente marca que las elecciones anticipada­s podrían ser una salida a la caliente interna. Ayer, en el pasado, los indicios de un pelea que se volvería feroz salían a la luz. Y Racing, como siempre, en el medio.

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L LUCCA Otros tiempos. Molina y Cogorno sonríen, en diciembre de 2012./

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