Clarín

Riquelme le devolvió la alegría

Cuando se encontraro­n Román y el juvenil se vieron los momentos de lucidez del conjunto local, que en el primer tiempo repitió errores y llegó muy poco al área rival. En la segunda parte abrió el marcador Sánchez Miño y Riquelme cerró el resultado con un

- Matías Bustos Milla mbustosmil­la@clarin.com

El ídolo jugó todo el partido y marcó un gol de penal. Aun sin brillar, fue ovacionado en el 2-0 de Boca con Olimpo. Racing volvió a perder: 1-0 ante Lanús. Y en un partidazo en Rosario, Newell's goleó 4-1 a Vélez.

La imagen lo resume todo. El árbitro ya pitó el final del juego en La Bombonera y la cancha festeja el 2 a 0 de Boca sobre Olimpo, en otros tiempo considerad­o un mero trámite, como algo más que el segundo triunfo del torneo. Hay ilusión por tenerlo otra vez a Riquelme en la cancha pero cautela

por el rendimient­o del equipo. Hay entusiasmo de pelear por el título pero conscienci­a de que aún queda mucho por mejorar.

El conjunto de Bianchi saltó a la cancha con una premisa clara e indispensa­ble para mejorar pero que hasta ahora no había ni entendido ni aplicado: Boca salió a tener la

pelota. Con el pie de Juan Román Riquelme de regreso, entonces, los otros diez interprete­s administra­ron el juego en torno al ídolo. Un toque o dos y la pelota para él. Control del balón y pum, para Riquelme. La pelota siempre al

Diez. Así arrancó la historia. Con Ledesma como único recuperado­r, con Erbes por la derecha y Sánchez Miño por la izquierda. ¿Y Riquelme? En todas partes. Porque en la primera media hora el enganche corrió y se movió como ningún otro. Sin embargo, Román pocas veces encontró un botín amigo para construir. El desgaste, al cabo, fue improducti­vo. Si hasta el chico Luciano Acosta, pensado como la

segunda punta, tuvo que retroceder más de la cuenta.

Entonces Boca tuvo la pelota, sí. ¿ Problema resuelto? Para nada. Boca la tuvo pero nunca la usó co

mo para sacarle provecho. Errático, falto de sorpresa y de conexiones inestables, los de Bianchi se transforma­ron en lo que vienen siendo:

un equipo previsible, incapaz de asustar a nadie. De hecho, en la primera mitad nunca logró poner a un hombre con camiseta azul y oro mano a mano con Champagne, que sólo se exigió con un disparo desde lejos que aportó Sánchez Miño.

Lo de Olimpo, previsible (y hasta cuestionab­le por la cantidad de veces que sus hombres se “cayeron” al suelo) fue lo que hace un típico visitante por La Bombonera: esperó bien cerrado, con Musto y Blanco mordiendo en el medio, y apostó al error del rival. Claro, con un Boca como este, sabía que encontrarí­a ofertas. Por eso, lo más

peligroso de esa etapa fue un zurdazo cruzado de Gil, que se filtró por la izquierda tras una buena jugada entre Cerutti y Miralles.

A diferencia de lo que le venía ocurriendo, Boca entró en el segundo tiempo más despierto que de costumbre. Tuvo diez minutos en los que sí se acercó al Boca que se espera por los apellidos del plan

tel. En ese lapso, tras una pared con Román, Acosta lo tuvo con un buen derechazo que Champagne sacó por sobre el travesaño. Pero al ratito llegó el gol. Y llegó como consecuenc­ia de algo inédito hasta entonces: tanto Erbes (apareció por la derecha tras un pase de Marín) como Sánchez Miño ( por la izquierda, bien por el otro carril) pisaron el área rival al mismo tiempo. Y fue gol, claro. Con Sánchez Miño, habilitado, tocando a la red adentro del área chica.

Pareció arrancar Boca. Porque al minuto Gigliotti tuvo el segundo, pero con la punta de su botín dere- cho no llegó a desviar del todo un buscapié de Insúa. Era otro Boca. Amenazó con serlo. No fue así.

Los de Perazzo, tal vez por ver a Boca tan temeroso, tal vez porque en su pelea por el descenso no sirve no sumar o quizá porque con la pelota en los pies no queda otra que ir hacia el arco rival, adelantaro­n las líneas. Y tuvieron sus chances. Primero Pérez Guedes, en soledad, definió elevado desde adentro del área. Después Trípodi le sacó un cabezazo a Furios a medio metro de la línea.

El cierre del juego, además del triunfo, puede servir como mensaje para Boca. Porque Insúa pasa al ataque con decisión como para que le cometan penal ( Furios debió irse expulsado). Si el chico Acosta inventa un pase milimétric­o y Román aporta su cuota de gol, entonces Boca podrá ser otro. Si no, seguirá deambuland­o como hasta ahora, sobre un laberinto sin salida.

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RICARDO ALFIERI ROMANCE. RIQUELME LE DEDICA SU GOL A LA DOCE.
 ?? / RICARDO ALFIERI ?? A la “ratonera”. Riquelme saca el remate que se meterá junto al palo derecho de Champagne. De penal, el 2-0.
/ RICARDO ALFIERI A la “ratonera”. Riquelme saca el remate que se meterá junto al palo derecho de Champagne. De penal, el 2-0.
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