Clarín

El debate político antes que el análisis jurídico

- Ignacio Miri

La discusión por el Código Penal está motivada por las aspiracion­es electorale­s.

Existe la tentación de considerar, por la complejida­d del tema y por la profundida­d con que interfiere en las relaciones sociales, como un puro debate jurídico a la discusión por la reforma del Código Penal. Sin embargo, este año habrá que acostumbra­rse a que las leyes, antes de escribirse, traerán consigo largos debates políticos. Esa es una de las novedades que trajo la derrota electoral del Gobierno de 2013.

Esta vez, la primera movida llegó de parte de la Presidenta, cuando el sábado anunció que impulsará modificaci­ones en el derecho penal.

Sergio Massa, sin pergaminos conocidos en el análisis jurídico pero con un olfato político que reconocen hasta sus adversario­s, se dio cuenta de que tenía una oportunida­d servida y anunció ante cuanto micrófono se le cruzó que se opondría a los cambios. “Me dejaron el hueco”, se ufanó esta semana en la intimidad.

En primer lugar, esa jugada de Massa le sirvió para diferen- ciarse del resto de la oposición, que no supo separarse a tiempo del abrazo que les tendió Cristina Kirchner. Aunque en su confección hayan intervenid­o prestigios­os expertos cuyas diferencia­s con el kirchneris­mo no podrían ponerse en duda, la reforma penal nunca dejará de ser una iniciativa del oficialism­o. Una cosa son los vericuetos de la academia y otra los revolcones de la política. Elisa Carrió supo sacar mucho provecho de esa diferencia y así logró por años modificar posiciones de bloques parlamenta­rios enteros que en principio aparecían como más fuertes que ella. En este caso fue Massa el que hizo “la Gran Carrió”, una comparació­n que segurament­e enojará a ambos.

Además, al jefe del Frente Renovador se le abrió la posibilida­d de responder el discurso de la Presidenta ante la Asamblea Legislativ­a. Esa tarde, Cristina envió guiños para vastos sectores de la oposición. Todos recibieron una caricia, menos él. No se lo vio incómodo a Massa con ese ninguneo, que le sirvió para abonar sus permanente­s intentos de ponerse en un lugar distinto al de sus colegas opositores.

El Gobierno no terminó de leer que la política cambió el año pasado: hoy hay un oficialism­o derrotado y un Congreso en el que -aunque el kirchneris­mo sigue siendo la primera fuerzamuch­os de sus integrante­s estarán atentos a la agenda pública y a los reclamos que les lleguen desde la calle y no sólo se limitarán a esperar las órdenes derramadas desde la Casa Rosada.

Massa ganó en octubre en la provincia de Buenos Aires, pero eso no sólo es un dato del pasado: hoy está primero en las encuestas para 2015, con lo cual cada cosa que diga será leída en detalle por todos los dirigentes que aspiren a darle pelea.

Cristina salteó además otro detalle. En la reforma del Código intervinie­ron todas las fuerzas políticas que ya tenían peso en 2012, pero no las que surgieron en las elecciones de 2013. Por eso: ¿ Qué incentivo podría encontrar Massa para apoyar una norma en cuya confección no intervino y que, según intuye, va en contra de lo que piensan los bonaerense­s que lo votaron?

En ese sentido, a nadie debería resultarle extraño que el otro dirigente que se apuró a criticar la reforma es Julio Cobos, otro de los ganadores de octubre que fue excluido del debate por el nuevo Código y que, además, es empujado a cada rato hacia la categoría del outsider por los correligio­narios que manejan la estructura del radicalism­o nacional.

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Sergio Massa. Anunció su oposición al nuevo Código Penal.
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Cristina Kirchner. La Presidenta impulsa las reformas.
 ??  ?? Julio Cobos. Avisó que no votará las modificaci­ones así como están.
Julio Cobos. Avisó que no votará las modificaci­ones así como están.
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