Clarín

El combustibl­e que se usó en la prueba es altamente contaminan­te y cancerígen­o

Se trata de la hidracina, que en otros países con tecnología espacial han descartado por los riesgos que implica.

- Marina Aizen maizen@ clarin.com

El Tronador II se elevó dos metros. Entonces, se torció en un ángulo de 90 grados y se desplomó sobre la rampa desde la que había sido lanzado instantes antes. Esta informació­n, que hasta ayer se había sido mantenido en silencio, ahora es revelada como un simple ensayo. Pero hay otro dato que se sigue manteniend­o en las sombras: qué pasó con el combustibl­e que iba a servir para eyectar al vector hacia los cielos. ¿ Se quemó? ¿ Se desparramó en el suelo y se infiltró en la napa? Simplement­e, no lo sabemos. Y la pregunta no es menor, porque la carga que se usa en el cohete Vex 1A es altamente corrosiva y tóxica. Se llama hidracina.

La CONAE prefirió mantener absoluto silencio cuando se la inquirió sobre la hidracina, un combustibl­e muy difícil de manipular, justamente porque puede producir muy fácilmente una explosión y porque se sabe que es cancerígen­o. Los propios manuales de la organizaci­ón espacial argentina advierten que hay que evitar todo contacto con este compuesto químico, y que de ninguna manera puede ser liberado en el ambiente por sus efectos nocivos no sólo en la salud humana sino también para la flora y la fauna. Entonces, ¿ qué pasó? ¿ Por qué no se dice? ¿Nadie alertó a los vecinos sobre los riesgos de este combustibl­e? ¿ Les dijeron qué hacer en caso de una emergencia, como la que sucedió? ¿Se tomaron medidas de remediació­n? ¿Se hará un estudio ambiental? No lo sabemos.

La hidracina se usó profusamen­te en las primeras etapas de la ex- ploración espacial, pero hace por lo menos dos décadas se ha dejado de usar. Hubo accidentes muy famosos por su ignición involuntar­ia, entre ellos, el llamado “desastre de Nedelin”, ocurrido en los años 60 en Baikonur (URSS), donde estaba la plataforma soviética de lanzamient­o de vehículos espaciales. En 1996, el cohete chino “La Gran Marcha” explotó en el aire, y luego cayó sobre una ciudad, produciend­o una cantidad de muertos que nunca se terminó de aclarar.

Hoy en día, los países en vías de desarrollo que tienen aspiracion­es espaciales, como la Argentina, usan combustibl­es más amigables con el medio ambiente. Entre estos, están China, India, Israel, Irán y Brasil, por ejemplo.

¿Por qué Argentina sigue usando hidracina en conjunción con ácido nítrico siendo que es una tecnología perimida? No lo sabemos. La hidracina le puede dar unos segundos de ventaja en la propulsión respecto de otros combustibl­es, como el querosene con oxígeno líquido, pero esto no justifica los costos humanos y ambientale­s que tiene, aseguran expertos en ingeniería aeroespaci­al, que prefiriero­n mantener su identidad en reserva.

Otro dato que la CONAE no difundió es la cantidad de combustibl­e que llevaba el vector. Un cohete es un gran tanque diseñado para elevarse en la atmósfera, y por lo tanto, su peso es esencialme­nte resultado de la carga que le dará energía para escalar el cielo. El Tronador II pesa 30 toneladas.

¿Había toneladas de hidracina? No hay respuesta a ese interrogan­te.

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