Después de que el gobierno del ex presidente ucraniano Viktor Yanukovich no firmara el acuerdo de asociación con la Unión Europea y que reforzara sus lazos con Rusia, en noviembre, comenzaron las protestas callejeras. En medio de un fuerte ajuste económico, la crisis estalló. Las marchas fueron reprimidas y hubo más de 100 muertos en febrero. Yanukovich renunció y huyó a Rusia. Moscú denunció un “golpe” y envió tropas a la península de Crimea.