Clarín

Lanús le pegó otro golpe a un Racing que está hundido

El equipo del Mellizo volvió a la victoria. Su rival jugó mal y no tuvo eficacia para aprovechar sus oportunida­des.

- Eduardo Castiglion­e ecastiglio­ne@clarin.com

No disparen. No tiren que aquí sólo hay jugadores apelmazado­s en 30 metros, ataviados de celeste y blanco, tratando de resistir y que no le agujereen el arco.

Fernando Barrientos, insensible, todo de granate, hizo explotar primero un balín esférico contra el travesaño que debajo tenía a un atribulado Saja. Dos minutos después, el mismo fusilero lanzó otra bomba y esta vez sí hubo detonación en el arco visitante.

Así ganó Lanús. Ampliament­e en el juego durante todo el primer tiempo, ajustado finalmente en el resultado porque no aprovechó ni un poco los segmentos favorables y apremiado en el final del encuentro, cuando Racing con De Paul como guía se die cuenta de que no necesitaba nada de otro mundo para aspirar a la igualdad.

Racing jugó muy mal los primeros 45 minutos. A pesar de que una mitad de cancha compuesta por Zuculini, Campi, Cerro y Villar invita a imaginar que el rival ten-- dría inconvenie­ntes variados para manejar la pelota, Lanús, desde la conducción del Marciano Ortiz, la vitalidad de Barrientos, la movilidad de Chamorro y los pasajes de Araujo y Pasquini por los pasillos laterales, monopolizó el balón y lo empujó a Racing contra su propio arquero y anunció que la apertura del marcador no podía demorarse demasiado.

Sin corte en la mitad de la cancha, con indisimula­bles problemas en Gómez y Corvalán para contener a Pereyra Díaz y Junior Benítez, respectiva­mente, y sin siquiera un poco de contraataq­ue con Hauche y Vietto, las imágenes del equipo conducido por Merlo fueron de una pobreza extrema.

Este Lanús retocado por necesi- dades de la rotación que impone la doble competenci­a, con ausencias de peso en la mitad de la cancha y el ataque, siempre fue claramente superior a su oponente durante la primera mitad. Y, además, desperdici­ó una oportunida­d clara cuan-

do Blanco no empujó un centro hermoso de Araujo.

El ingreso de De Paul por Villar cambió la escenograf­ía de la segunda etapa. La perinola de las variantes cayó en el barbado ex Arsenal y Godoy Cruz como podía haber cantado Cerro, Zuculini, Hauche o Vietto, todos de una indefendib­le producción. Y Racing empezó a mejorar después de que Saja le sacara el segundo a Pereyra Díaz.

De repente, Campi apareció por la izquierda y provocó una atajada salvadora de Marchesín. Ya con Viola en cancha, los volantes de Lanús perdieron el dominio del círculo central y fueron 10/15 metros para atrás. Vietto se lo perdió de frente al arco al conectar sin dirección un envío de De Paul.

Mientras el equipo de los Barros Schelotto amenazaba con contraataq­ues que arrancaban con aroma a gol y finalizaba­n con el desencanto de pésimas elecciones en el último pase, la entrada de Camoranesi le dio pausa al visitante pero no la profundida­d imprescind­ible para horadar un triángulo defensivo de excelente rendimient­o, integrado por Ortiz en el vértice superior y Goltz -impasable de arriba y de abajo- e Izquierdoz en la base.

La última imagen del duelo fue el mano a mano de Vietto con Marchesín que ganó el arquero. Fue como otra moneda que a Racing le volvió a caer ceca. Un equipo que, entre el juego y la suerte, ya no sabe qué es lo que menos tiene.

 ?? / MARCELO CARROLL ?? Las dos caras. Hauche y Zuculini se lamentan mientras Barrientos celebra su gol junto con Chamorro. Racing, en caída libre. Lanús respira.
/ MARCELO CARROLL Las dos caras. Hauche y Zuculini se lamentan mientras Barrientos celebra su gol junto con Chamorro. Racing, en caída libre. Lanús respira.
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