El papa Francisco, en el podio de los que más salen en los medios
Tiene un promedio de 50 mil menciones diarias en la prensa gráfica y los sitios digitales.
Tras un año de esplendor mediático, Francisco, el papa argentino, parece probar entre otras cosas una evidencia rara que ofrecen los tiempos que corren: es posible medir el efecto político y emocional que ejerce un líder a través de las nuevas tecnologías de los medios. En efecto, el Papa genera un promedio de 50 mil menciones diarias en los medios del mundo, incluyendo las redes sociales. Es más que las menciones a Vladimir Putin o a Angela Merkel por ejemplo. Pero menos que las que aluden Barack Obama, o Bachar Al Assad, el tirano que sigue ensangrentando Siria.
Benedicto, el predecesor de Francisco, registraba un promedio de 18 mil menciones diarias. La diferencia no es sólo cuantitativa. Las referidas al ahora abdicado Ratzinger eran más bien negativas que positivas. A la inversa de lo que ocurre con Francisco.
El pico más alto de la presencia cuantitativa del Papa en los medios aconteció en julio de 2013, durante su visita a Brasil.
En rigor, Benedicto XVI también generaba intensas oleadas mediácas en sus viajes, nunca tan altas como las de su sucesor y nunca tan bien ponderadas. Francisco tiene una capacidad notable para captar la atención mediática. Es escueto y por eso potente, y elocuente. ¿Los homosexuales?, le preguntaron. “¿ Quien soy yo para juzgarlos” dijo, y esas pocas palabras invadieron los medios globales.
Un detallado análisis realizado por journalism.org, un instituto de investigaciones y estadísticas relativos a medios y tendencias socia- les en general, demuestra que desde marzo de 2013, hasta enero de 2014, se escribieron 8 millones de tuits mencionando explícitamente a Francisco en todo el mundo. El 85% exhibía un tono neutral. Eran más bien noticias relativas al Papa. Pero analizando la otra parte de la torta, el restante 15% de los tuits escritos, los contenidos se determinaron positivos en un 84% y negativos solamente en un 16%. Durante el último año de su pontificado, Benedicto XVI generó 5 millones de tuits, los de tono neutral alcanzaron 60% de los textos, pero entre los tuits no neutrales, se detectaron un 70% de tono negati-
Francisco exhibe fuerte presencia escénica desde que inició su pontificado.
vo, y un 30% de tono positivo.
El pico de interés mediático suscitado por Benedicto aconteció precisamente cuando anunció su abdicación, en febrero de 2013.
El escrutinio y la comparación de ambos Pontífices en Twitter adquiere valor porque aún en el caso de Benedicto XVI, las menciones negativas son inferiores a la media para Twitter. Esta red social se caracteriza por virar rápidamente hacia textos negativos y más que negativos, agresivos para casi todos los personajes del mundo de la política o del poder en general que son objeto de conversaciones por esa vía.
Pero más allá de las redes sociales, Francisco exhibe presencia escénica desde que inició su pontíficado, desde que dijo, tras las palabras quebradas del cardenal que anunciaba su nombramiento, que lo habían ido a buscar casi hasta el fin del mundo, con ese italiano con acento tan argentino que pronuncia.
Por supuesto, su expuesta pasión futbolera por San Lorenzo potencia su propagación por los medios, no sólo en Argentina, porque el fútbol convoca en más de medio mundo.
Ahora, ésta semana, cuando contó que lleva consigo una cruz que “robó” del féretro en el que yacía un religioso allegado, muestra esa habilidad, que parece impensada y espontánea, para dar que hablar en continuado.
Esa escena tiene todos los elementos para convocar audiencias. Cierta atmósfera atrapante: un sacerdote muerto, otro que, furtivo, se lleva un crucifijo y que muchísimo tiempo después se convierte en Pontífice ,y que además cuenta esa suerte de sacrilegio que es a la vez una especie de bendición. Es una gran historia que llegó al Vaticano por mérito propio.