A un año de la reapertura, los usuarios se quejan de las frecuencias
Piden más servicios porque en hora pico los trenes van muy llenos. Desde la Ciudad sostienen que en 2015 llegarán 105 nuevos y que entre uno y otro sólo pasarán 2.05 minutos.
Llegaron para reemplazar a las viejas Brugeoise, que supieron correr un siglo sobre las vías de la línea A. Y, además, para renovar totalmente ese ramal, el primero en el mundo de habla hispana. Ayer, los nuevos coches chinos del subterráneo más antiguo cumplieron un año. Son flamantes y cómodos, pero todavía generan reclamos. A un año de la reapertura, los usuarios piden más servicios: dicen que las frecuencias entre Plaza de Mayo y San Pedrito aún no alcanzan y que en horas pico el servicio se desborda. Hoy la frecuencia es, en promedio, un poco mayor a los cuatro minutos, pero varía según días y horas. Desde la Ciudad sostienen que para el año próximo habrá 105 nuevos trenes para que entre uno y otro solo pasen 2.05 minutos. Y que habrá algunos que se sumarán este año para aliviar los servicios.
El malestar no es un dato menor: aún con el último aumento en la tarifa, que la llevó a $ 3,50, los subtes tienen cada vez más pasajeros. En 2013 aumentó un 6,6% con respecto al año anterior. Y la tendencia se mantiene. La razón: la apertura de las nuevas estaciones Flores y San Pedrito en septiembre, más algunas mejoras, y el achique de la brecha entre el boleto de colectivo y el pasaje del subterráneo. Esos cambios impactaron en los molinetes: los últimos datos de la empresa Metrovías revelaban que solo en la A viajan 2.989.891 por mes.
Para el Ejecutivo porteño el au- mento de usuarios es consecuencia de que se mejoró el servicio. Pero hay usuarios que no lo ven así. “Los coches nuevos que compró el estado Nacional son un lujo. No hacen ruido, tienen aire y hasta tienen perfume a limón. Pero desde que pasaron a ser manejados por el Gobierno de la Ciudad tienen peores frecuencias. A veces estás diez minutos esperando que venga un tren en horarios en los que viaja mucha gente. Y ahí no hay aire acondicionado que alcance”, contó Pedro Di Stéfano en la cabecera de Plaza de Mayo. Raúl Cáceres, otro pasajero, también se quejó de los tiempos. “No hay un criterio de frecuencia, o es lo que parece. Un día a las 12 por ahí viene cada tres minutos y al siguiente cada 8”, detalló.
En una recorrida, Clarín constató ayer que al mediodía salían trenes con distintas frecuencias: desde cuatro minutos, a dos, por ejemplo, en las horas previas a las de más circulación.
Pero para fuentes de la empresa estatal Subterráneos de Buenos Aires ( SBASE) que controla las seis líneas, la tendencia, de todas maneras, es positiva. Sus números indican que en el primer semestre del año pasado, cuando la línea reestrenó trenes, había 5.01 minutos de espera entre servicios, siempre en una estimación promedio. Hoy ese tiempo se acortó, según las mismas previsiones a 3.28.
Para eso, dijeron, habrá más vagones que reforzarán a los que están para contener la demanda y generar más comodidad. En marzo de 2013, dijeron, la A arrancó su nueva etapa con once formaciones nuevas. Durante el año se sumaron siete más, cada una con cinco vagones. Este año, según anticiparon desde SBASE, se agregarán cuatro más. Y la idea es llegar a incorporar otros 21 en 2015. Esa es una novedad que aliviará las quejas, porque esos trenes estaban previstos para 2017 y ahora se adelantaría la llegada. Son, en rigor, 105 vagones que completarán los que ya ruedan por las vías.
Otro compromiso, y también eje de las quejas, es la seguridad. También pendiente, este año no hubo avances para que la Metropolitana acelere la presencia y la vigilancia en las estaciones. La Ciudad prometió un cuerpo especial de 500 agentes y hasta dijo que los primeros estarían cubriendo la traza en diciembre, pero no cumplió. El anuncio fue después de una dura pelea con Nación que terminó con la Federal, que tenía el control a su cargo, afuera de esas custodias. Pero desde el Ejecutivo admiten que a más de un año de esa decisión “todavía no hay fechas” para el desembarco. Es un punto fuerte que suma quejas sobre todo por arrebatos. Ocurre en la A y también en el resto de las líneas: y es tan habitual que la Legislatura ya se expidió sobre el tema: en noviembre último, los diputados aprobaron una partida extra de $ 15 millones para ese objetivo. Solo falta esperar a que lleguen los agentes para sumar cámaras y oficinas.