La UIA le llevó a Cristina sus temores por la menor actividad
La cúpula de la central fabril fue recibida por la Presidenta. Plantearon reclamos por la inflación y rechazaron ser los responsables de la suba de precios. Contrapunto por la discusión de las paritarias.
La cúpula de la Unión Industrial Argentina llevó ayer los reclamos por inflación y enfriamiento de la actividad a la residencia de Olivos. Allí los recibió la presidenta Cristina de Kirchner y sus principales ministros. En una reunión que duró más de dos horas, los empresarios se sorprendieron por la buena recepción que la presidenta, y todo su gabinete, luego de que el sábado en la apertura de las sesiones los señalara como los formadores de precios y responsables de la inflación. El mensaje saliente que los hombres de negocios se llevaron es que, de cara a las paritarias, tienen respaldo para no ofrecer grandes incrementos en los sueldos porque lo único que no convalida el Gobierno es un incremento en los precios.
“Ustedes pueden dar el 50 por ciento de aumento si quieren, pero ni sueñen con transferirlo a los precios”, les advirtió Cristina. La frase cayó bien en Héctor Méndez, titular de la UIA, y el resto de los empresarios que lo acompañaron a Olivos. Los directivos buscan frezar los aumentos salariales mientras algunos gremios pujan por subas superiores al 40%. “Cristi- na marcó el limite. Tenemos via libre para pelear con los gremios, porque nuestro argumento ahora será que el Gobierno no nos permite trasladar el incremento en los costos a los precios”, dijo a este diario un empresario que asistió a la reunión. Del encuentro que se llevó a cabo en la residencia de Olivos participaron, además de Méndez, los vicepresidentes de la entidad, Luis Betnaza, José Urtubey, Adrián Kaufmann Brea, Daniel Funes de Rioja, Guillermo Moretti, Cristiano Rattazzi, Carlos Sacco y Guillermo Padilla. Sorprendió la ausencia de José Ignacio de Mendiguren, hoy aliado de Sergio Massa. Del lado del Gabinete hubo asistencia completa: Jorge Capitanich, Débora Giorgi, Julio de Vido, Carlos Tomada, Ricardo Echegaray y Axel Kicillof. Este último, con el aval de Cristina, fue el que más preponderancia tuvo a la hora de discutir los temas más complejos.
“Notamos que hay reconocimiento y preocupación por la inflación. Por eso se mostraron muy receptivos a analizar cada tema que planteamos, quieren frenar todo tipo de suba en los precios”, confió a Clarín otro de los asistentes. Cada sector manifestó los temas que más los inquietan y la presidenta repitió ayer la misma frase que des- lizó en el Congreso: “Si hay cosas que cambiar se cambiarán. Nosotros no nos comemos a nadie”, dijo con ironía la mandataria a poco de iniciado el encuentro.
Los empresarios habían llegado hasta Olivos con incertidumbre sobre cómo sería el tono de la reunión, luego de que este diario publicara en la edición del viernes la persecución política que Mendez viene soportando por parte de funcionarios. El tema no fue abordado.
Cristina les pidió los empresarios que tengan responsabilidad a la hora de modificar las listas de precios en el marco de la discusión
por paritarias. Y les advirtió que no debían usar como caso testigo la suba salarial que el Gobierno finalmente acuerde con los docentes, que piden una suba salarial superior al 60%. “No quiero que esto también sea un argumento para subir los precios”, lanzó la presidenta.
Méndez recogió el guante y contestó a la acusación de la presidenta, que el sábado había dicho que muchos empresarios usaban de excusa la devaluación para aplicar aumento. El titular de la UIA le recordó a Cristina que en la cadena de formación de precios tenían un gran impacto los costos ocultos, como los costos de los seguros y pólizas de caución medioambientales, los costos financieros que aplican los bancos y las alícuotas que los municipios aplican sobre las naftas. Cristina lo escuchó atenta y convalidó que cada uno de esos items eran abusivos y que se trabajaría para restringirlos.
También buena parte de la reunión la concentró la problemática que experimenta el sector automotriz. Allí Ratazzi tomó la iniciativa y les manifestó l preocupación del sector por la fuerte caída en las ventas. Una vez terminado el encuentro la mandataria, que eligió para el convite una blusa y falda engamadas en color tiza, su nuevo color fetiche, les ordenó a Kicillof y Giorgi que se acercaran junto a Ratazzi, Mendez y Socco a dar una breve conferencia de prensa.
“Es buenísimo que se propicie este encuentro que hace mucho venimos esperando. Hay diferencias y las seguirán habiendo en asuntos económicos, pero fue una buena iniciativa para tratar todos los problemas”, resumió Mendez.