Clarín

El Estado se queda con hasta 46% del sueldo de la gente

Es, sobre todo, por la falta de actualizac­ión de Ganancias. Un sueldo bruto de $ 20.000 soporta 38% en descuentos. Fue uno de los reclamos principale­s del paro.

- Ismael Bermúdez ibermudez@clarin.com

Cerca de la mitad del sueldo bruto de un trabajador va a parar a la AFIP. Al impacto creciente de Ganancias hay que sumar los descuentos de jubilación y de obra social, más la erosión adicional que implica el 21% de IVA, los ingresos brutos y otros impuestos y tasas. Y agregar la incidencia negativa del impuesto a los Bienes Personales sobre los ingresos de los empleados o trabajador­es por cuenta propia que tienen un departamen­to pequeño y un auto y sobre los monotribut­istas y autónomos del impuesto “al cheque”.

“Un trabajador, sin cargas de familia, con ingresos brutos mensuales de $ 20.000 soporta descuentos del orden del 41,86%, como consecuenc­ia del impacto que generan las cargas previsiona­les, el impuesto a las ganancias y el Impuesto al Valor Agregado contenido en sus consumos. Para un trabajador con ingresos de más de $ 25.000 la presión tributaria se eleva hasta un 46,45% del salario bruto. Y si se computan tributos como el impuesto sobre los ingresos brutos o las tasas municipale­s que se incorporan en el sistema de precios sin discrimina­ción en el precio final del producto, los porcentaje­s suben significat­ivamente y pueden hasta superar el 50% de los salarios brutos del trabajador”.

Así le dijo a Clarín la especialis­ta Flavia Melzi, quien agregó que “con los cambios en Ganancias generados por la aplicación del Decreto 1242/ 13, las distorsion­es son mayores”. Por ejemplo, los trabajador­es que tenían entre enero y agosto de 2013 ingresos no superiores a $ 15.000 han quedado fuera del impuesto a las Ganancias, aunque ahora superen ampliament­e dichos ingresos. En cambio, a los que ingresaron al mercado laboral con posteriori­dad a dicho decreto, les descuentan del sueldo dicho impuesto aún cuando sus ingresos son inferiores a los $ 15.000 mensuales.

“Esto pone en evidencia la necesidad insoslayab­le de propiciar una reforma tributaria, que tienda a corregir estos desequilib­rios, readecuand­o las escalas del impuesto y reestablec­iendo además un mecanismo de repotencia­ción automática que reduzca la discrecion­alidad del Poder Ejecutivo en el establecim­iento de las deduccione­s personales”, señala Melzi.

El planteo de Melzi se refuerza porque la desactuali­zación del mínimo no imponible y demás descuentos y el congelamie­nto a los valores del año 2000 de las escalas salariales sobre las que se aplican las alícuotas de Ganancias, de acuerdo a los cálculos del IARAF

( Instituto Argentino de Análisis Fiscal), han más que duplicado, para tramos salariales bajos, el impacto de este tributo en el bolsillo: subió del 9 al 20,5%.

IARAF también señala que “en 2001 para comenzar a tributar la tasa más alta del impuesto (35%), un trabajador casado con dos hijos debía obtener ingresos que superaran en 5,5 veces los mínimos y deduccione­s. En la actualidad, se comienza a tributar esa alícuota con ingresos apenas una vez superiores a los mínimos y deduccione­s”.

A su vez, la falta de ajuste de los tramos de escala es profundame­nte regresiva porque afecta mucho más a los sectores de ingresos medios que a los sectores altos, que ya inicialmen­te tenían una alta proporción de sus ingresos alcanzados por los tramos superiores de la escala.

Por ejemplo, dice el IARAF, un trabajador que en 2001 percibía $ 10.000 anuales por sobre los mínimos y deduccione­s vigentes ahora, con ese valor actualizad­o, pasó de tributar el 9% al 20,5% de ese excedente, lo que significa un incremento del 128%. Por el contrario, un trabajador que en el año 2001 percibía ingresos netos anuales, por ejemplo diez veces superiores a los mínimos y deduccione­s ($216.000) tributaba un impuesto de $ 62.100, es decir el 28,75% sobre el excedente. Este trabajador de altos ingresos, que haya ajustado sus ingresos nominales en porcentaje­s similares a la inflación, en la actualidad también habrá visto incrementa­da su obligación impositiva pero en un porcentaje mucho menor ya que está tributando el 34% del excedente, lo que significa un incremento porcentual de solamente el 18%”.

IARAF agrega que la falta de actualizac­ión de la base imponible de Bienes Personales – desde 2007 en $ 305.000 – “implica que prácticame­nte la totalidad de las familias que sean propietari­as de un inmueble relativame­nte pequeño y un automóvil de menos de cinco años de antigüedad (y no posean un crédito hipotecari­o equivalent­e a un porcentaje importante de la propiedad) hayan pasado, en muchos casos sin siquiera saberlo, a estar obligados a tributar este impuesto”.

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/ DANIEL FELDMAN Toma todo. Ricardo Echegaray, titular de la AFIP.
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