Clarín

El asesino de “Mojarro” Saldarriag­a vino de Madrid

En 2012, al supuesto narco colombiano lo mataron en Recoleta.

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El rumor había llegado a Europa: a Jairo “Mojarro” Saldarriag­a lo habían visto en Argentina. La persona que lo tenía entre ceja y ceja llamó a colombiano­s que anduvieran por nuestro país. Quería certificar que el dato fuera cierto. Y lo era. Eso le dijeron por teléfono después de seguirlo durante varios días.

Esta persona, la cabeza mayor, efectuó el pago a las conocidas “oficinas de colombiano­s”, que solamente debían elegir el sicario al que se le encargaría esa muerte. Según afirma John, optaron por un hombre que residía en Madrid. Esa ciudad de España es conocida, en el ambiente de colombiano­s vinculados al delito, como la “segunda casa de los sicarios”. Según datos oficiales, en las cárceles españolas había, hasta fines de 2013, 2.618 colombiano­s: podrían llenar la cárcel de Devoto y la mitad de la de Ezeiza. La gran mayoría de los cobradores o sicarios ingresan desde Marruecos y se quedan en Madrid. Los narcos quieren que custodien entregas y cobren deudas en ese país, uno de los principale­s destinos de la droga colombiana.

Jairo “Mojarro” Saldarriag­a había sido espiado: había ingresado al país como Carlos Brausin García, y proveía la cocaína que luego revendía una banda de narcotrafi­cantes argentinos de la zona de San Martín. También planeaba enviar un cargamento a Europa.

Como todo hombre al que se le solicita un trabajo en el exterior, el sicario tenía un historial con más de 200 muertes: había asesinado en Colombia, México y España.

El 17 de abril de 2012, en Talcahuano y Marcelo T de Alvear, el sicario y la víctima que le habían señalado finalmente se encontraro­n. Eran las 19:30 horas. Saldarriag­a, que tenía 38 años y llevaba cinco teléfonos celulares recibió cinco balazos disparados con una pistola 9 milímetros. Cuando cayó, fue rematado con dos disparos más. El sicario había bajado de una moto que dejó abandonada en la zona, al igual que el arma. Cumpliendo el manual de los sicarios, la moto era f lamante: sólo había rodado 75 kilómetros.

 ?? EMMANUEL FERNANDEZ. ?? Tiros frente al Teatro Coliseo. A la tarde y entre la gente, un sicario mató al narco Saldarriag­a/
EMMANUEL FERNANDEZ. Tiros frente al Teatro Coliseo. A la tarde y entre la gente, un sicario mató al narco Saldarriag­a/

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