Al final, Argentinos tuvo el premio que merecía antes
En tiempo de descuento, Barzola marcó el gol del triunfo que festejó todo La Paternal.
En el torneo de los rendimientos irregulares, el Argentinos que pelea la permanencia en desventaja matemática fue bastante más que el Vélez de las grandes pretensiones, a nivel doméstico e internacional. Y se quedó con tres puntos que lo mantienen en zona de desbarranque, pero que le pueden significar un fuerte envión anímico. De entrada Argentinos dominó tácticamente a Vélez. Es raro que el equipo de José Flores no consiga apoderarse de la pelota y manejar con acierto y criterio, y hasta con lucidez, en forma vertical y derrochando inquietudes ofensivas. Sin embargo ayer lo sorprendió Argentinos, presionándolo en la salida. Con Cabral, Ramírez y Becerra rotando por el frente de ataque y los volantes copando la zona media, el que tuvo el control fue Argentinos. Y no sólo le impidió a Vélez desplegar su juego, sino que lo descontroló defensivamente. También vale consignar que la defensa visitante tuvo una tarde terrible: más que errores puntuales (que le costaron caro en partidos anteriores) sufrió una cadena continua de equivocaciones.
Ganando las espaldas de Cubero y Domínguez aguijoneó Argentinos en el primer tiempo. Y no la metió por falta de precisión en la última puntada o por méritos de Sosa. Becerra falló estando en posición muy favorable. Ramírez se acomodaba con todo a su favor y llegó justo el cabezazo de Allione para despejar. Sosa se lució tapando un mano a mano con Becerra. Un pase cruzado de Lucas Rodríguez quedó a centímetros de Lenis que se soltó sólo por un costado. En ese primer tiempo Argentinos ofreció lo mejor en este año, mien- tras que Vélez fue la cara opuesta: jugó su peor partido.
Ese gol que mereció y se le negó a Argentinos en el primer tiempo llegó a poco de iniciado el segundo: centro de Lenis, que fue una pesadilla para Cardozo y Papa cada vez que arrancó y encaró, y por el segundo palo convirtió Juan Ramírez, de cabeza. Esto le tocó el orgullo a Vélez, que además creció con los ingresos de Nanni y Correa. Y el partido se hizo de ida y vuelta, tuvo la emotividad que le faltó en la etapa inicial. Nanni empató con un derechazo, ratificando sus dotes de goleador, tras un centro de Allione. Reiteraron chances claras ambos, estaba para liquidarlo de uno u otro lado. Un jugada bárbara de Lenis, a pura gambeta y velocidad acabó con un tiro afuera. Hasta que en tiempo de descuento, Cubero rechazó muy mal un centro de Lenis y se la dejó servida a Barzola para acomodarla de derecha y pegarle de zurda. Y desató el festejo loco en La Paternal.