Racing quiso mucho, pero pudo poco frente a Olimpo
El colombiano Valencia, la figura del partido, marcó para el conjunto de Bahía Blanca. Empató Campi para el local.
Al compás del clima que sacudió la noche de Avellaneda jugó Racing. Y no pudo encender la llama del buen juego; ni siquiera, de la rebeldía: empató 1 a 1, mostrando nuevamente una cara pobre, deslucida. El frío estancó a la Academia: se le congelaron las ideas y se quedó sin energía para vencer a un Olimpo, que llegó con el objetivo de llevarse algo a Bahía Blanca y lo logró. Entre un equipo que debía ser protagonista y no mostró demasiados argumentos, y otro que no le interesaba demasiado asumir compromisos, se consumió el duelo. Y el frío se hizo más frío para esos hinchas que se fueron disconformes con el punto, más allá de que valoran que hace cinco partidos no lamentan la derrota.
No es algo nuevo en Avellaneda. A Racing le cuesta horrores la generación del juego. Es un equipo con mucha voluntad, pero queda demasiado expuesto a la hora de la elaboración. Sobre todo, cuando enfrenta a un rival que lo obliga a tomar la iniciativa. Por otro lado, depende demasiado de Rodrigo De Paul. Y el pibe juega abierto por izquierda, aunque muestra virtudes cuando se suelta y se define como enganche. ¿No será el momento de soltarle la correa, de darle mayores libertades, Mostaza?
Sí, es una tarea demasiado complicada para Racing crear fútbol. Así y todo, el planteo que presentó anoche en el Cilindro fue mucho más ofensivo que cualquier otro que haya ordenado Merlo. Incluso, a pesar de ese esquema indeleble, un 4- 4-2, desde la actitud y la propuesta, la Academia fue al frente.
Es que en los primeros veinte minutos, Diego Villar se pareció mucho más a un extremo que a un volante. De Paul, por el otro sector, mostró lo suyo. Sin embargo, el problema recurrente de Racing es que se deshacen las ideas cuando merodea el área, más allá de las amenazantes presencias de Valentín Viola y Luciano Vietto.
Nada hacía prever, entonces, un gol de Olimpo. Sin embargo, Bruno Zuculini entregó mal la pelota, Esteban Saveljich se durmió y José Antonio Valencia lo anticipó. El colombiano quedó cara a cara con Sebastián Saja, tapó el arquero, pero el rebote en el propio delantero terminó en el 1 a 0 bahiense. Mostaza se mordía los labios. No tiene suerte el técnico con los marcadores centrales. Justo cuando em- pezaba a demostrar solidez Pablo Alvarado, se equivocaba el Polaco. Fue una constante la irregularidad de los zagueros durante el torneo.
Olimpo, con su receta de visitante, compactó sus líneas y dejó el juego librado al azar de su cri- terioso póker de volantes. Con el gol de Valencia, se cerró aún más. No obstante, Gastón Campi inició la recuperación. Fue el longilíneo mediocampista el que recuperó y jugó con De Paul, que cambió de frente para Villar. El barbado marplatense enganchó ante Villanueva y el lateral se lo llevó puesto. De esa infracción llegó el tiro libre de De Paul que peinó Saveljich y derivó en el pie izquierdo de Campi, que empató el partido de atropellada.
No pasó mucho más en ese primer tiempo. Y en el segundo, Racing se dejó manejar la pelota, un vicio que tenía con Luis Zubeldía y, muchas veces, repite con Merlo. El técnico de bronce metió mano en el banco. Ingresó Aued, un volante más dúctil que Zuculini, que parece haber perdido ese vigor que lo hacía indiscutible. Entró Hauche, un delantero que jugó de volante. Sin embargo, no cesó la apatía de la Academia, que llegó dos veces al área de Champagne y marcó dos goles bien anulados por Maglio.
Lo tuvo Lugüercio, pero no se concretó la ley del ex. Moiraghi salvó en la línea ante un remate de Hauche. Y todo terminó en un helado y muy chato empate.