Tres nenas, esclavizadas por una mai umbanda
Tienen 4, 12 y 13 años. Estaban cautivas y huyeron. Fue en Lanús.
Los vecinos cuentan que solían escucharse tambores y ruidos casi todas la noches. Y que hace poco más de un mes, en medio de un rito con velas, la casa se incendió casi por completo. El domingo, tres nenas de 4, 12 y 13 años que vivían cautivas allí lograron escapar por una ventana en un descuido de la dueña y terminaron revelando detalles de una trama macabra que incluyó golpes, maltratos y abusos sexuales. Tras la denuncia, la Policía detuvo a una mujer y a su tío, que profesaban el culto umbanda. Se cree que las víctimas habrían sido entregadas por sus propios padres, pero aún no se sabe si fue a cambio de dinero.
Aunque recién trascendió ayer, el caso se descubrió el domingo, cuando las tres chicas – dos hermanas y la tía de ambas– pudieron filtrarse en la madrugada por la ventana de la casilla en la que vivían esclavizadas, saltar una reja de dos metros de altura y salir a la calle. Una vecina, que las encon- tró desorientadas y en situación de abandono, llamó a la Policía. Una vez en la comisaría, las chicas manifestaron que desde hacía más de un año aproximadamente vivían encerradas en esta casa de Monte Chingolo (en Lanús), que fue allanada de inmediato.
“La situación de las nenas era de vulnerabilidad y pobreza extrema. Esta gente las recibió y se quedó con la guarda con la excusa de la religión. A partir de lo que relatan las víctimas, pudo comprobarse que fueron obligadas a trabajar, a tener sexo con distintas personas ya cumplir con las tareas domésticas. Fueron amenazadas, golpeadas e intimidadas. Todas tienen lesiones muy graves”, detalló a Clarín una fuente del caso.
Las chicas recibieron trompadas, sufrieron quemaduras y tenían lastimaduras en las piernas, porque eran obligadas a arrodillarse en el patio de la casa cuando eran reprendidas. No podían salir, prácticamente no las bañaban y en al- gunas oportunidades fueron forzadas a dormir en un pozo. “Sufrieron explotación sexual y una reducción a la servidumbre de todo tipo, además de maltrato físico y psicológico”, agregaron voceros del caso.
El domingo, el fiscal Jorge Grieco – de la UFI 4 de Lomas de Zamora– ordenó allanar la casa, que está metida en un pasillo ubicado en la calle Bouchard al 4000, en un barrio humilde de Monte Chingolo. Hizo arrestar a la mujer señalada por las nenas, identificada como Graciela L., de 44 años. En otro lugar, a muy poca cuadras de allí, en Bolaños al 5000, también fue detenido el tío de esta sospechosa, Jorge R., de 54 años.
En la indagatoria ante el fiscal, la mujer reconoció haber sido mai umbanda y profesar ese culto de origen afrobrasileño. Los investigadores sospechan que las chicas llegaron a ella entregadas por sus madres, aunque ayer aún no estaba claro si había sido a cambio de
Pudo probarse que fueron amenazadas, golpeadas e intimidadas. Todas tienen lesiones muy graves”.
dinero, una promesa de trabajo u otro motivo. También se sabe que las víctimas son de la localidad de Los Hornos, La Plata, pero ayer las familias aún no habían sido localizadas, aunque sí identificadas.
Las nenas vivían con la mai umbanda desde hacía al menos un año y, según se cree, llegaron en distintos momentos: la primera habría sido entregada hace cuatro años, según detallaron desde la investigación. Pero la acusada dijo que se las entregó la madre de las hermanas en febrero, que las recibió porque les daban lástima ya que estaban anémicas, desnutridas y con problemas de parásitos.
También aseguró que las lesiones que tenían las chicas –la menor tenía al menos cuatro dientes rotos por los golpes– eran de pe- leas entre ellas mismas. Y, para defenderse, declaró que llegó a filmar alguna de estas supuestas disputas ante la posibilidad de que la señalaran a ella como agresora. Además detalló que, si bien las madres iban a visitarlas de tanto en tanto, hacía un tiempo ya que no aparecía ninguna.
La mujer afirmó que las chicas habían dejado de ir al colegio porque una de ellas le había robado la billetera a la directora. Aseguró que las llevaba a la plaza todos los domingos, que las tres dormían junto a ella en la misma habitación y que su falta de aseo se debía que se negaban a bañarse. La última vez que las vio, afirmó, fue el sábado a la noche. Y las acusó de haberle robado dinero al escapar.
La detenida, además, tiene seis hijos de entre 13 y 25 años, aunque actualmente sólo vivía con el más chico. Ninguno fue imputado.
Su tío, en tanto, negó todas las acusaciones. Dijo que a las nenas las había conocido en febrero, en