EE.UU. no tiene indicios que impliquen a Moscú
Según sus datos, el derribo pudo haberse debido a “un error”.
Los servicios secretos de Estados Unidos no cuentan por ahora con pruebas de una participación directa de Rusia en el presunto derribo de un avión de pasajeros en el este de Ucrania, informaron ayer el canal NBC y otros medios locales basándose en fuentes de los servicios de inteligencia.
El vuelo MH17 de Malaysia Airlines pudo haber sido derribado por “error” por separatistas prorrusos mal entrenados en el este de Ucrania, dijeron ayer funcionarios de inteligencia estadounidenses, que descalificaron las alegaciones de Moscú sobre una presunta responsabilidad de Kiev en el incidente ocurrido el último jueves y que ha provocado 298 muertos.
Las pruebas reunidas hasta el momento sugieren que los separatistas prorrusos lanzaron un misil tierra-aire SA–11 que impactó en el avión comercial malasio con 298 pasajeros y tripulantes a bordo, en su mayoría de origen holandés. Pero aún no estaba claro “quién lo disparó”, dijo un alto funcionario de inteligencia que pidió no ser identificado.
“La explicación más plausible... es que se trató de un error” y que el misil haya sido disparado por “un elemento mal entrenado” utilizando un sistema que requiere cierta destreza y entrenamiento, indicó el funcionario.
La fuente citó incidentes previos a lo largo de los años en los que tanto fuerzas rusas como estadounidenses derribaron erróneamente vuelos comerciales. Un vuelo coreano fue derribado por un caza ruso en 1983 y fuerzas navales estadounidenses derribaron equivo- cadamente un avión de pasajeros iraní en 1988. “Todos hemos visto errores en el pasado”, dijo el funcionario a los periodistas.
Efectivos rusos han sido detectados en el este de Ucrania, pero la inteligencia estadounidense no tiene pruebas concluyentes de que los rusos estuvieran con la unidad de misiles SA–11 que disparó contra el avión malasio, indicaron los funcionarios consultados.
Moscú, en particular, se halla ahora bajo una gran presión internacional por su abierto apoyo a los separatistas prorrusos que se oponen al gobierno prooccidental de Kiev.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europa exigen al Kremlin que presione para una investigación eficaz sobre lo sucedido.