Un espejo que muestra la escasa información de los vecinos
No reciclan, critican a los que ensucian la calle y desconocen el proceso de los residuos.
No saben cuál es el tema que los reúne alrededor de una mesa cargada de café, agua, galletitas y un micrófono. Motivados por un moderador, charlan. De vez en cuando se distraen y se miran al “espejo” gigante ubicado en una de las paredes de la habitación. Se acomodan la ropa o corrigen la postura. Son ocho vecinos que no se conocen entre sí, pero quizá viven a pocas cuadras de distancia unos de otros. Son de Palermo y Recoleta y, dentro de una Cámara Gesell, terminarán charlando sobre diferentes tópicos en torno a la basura: la utilidad de los contenedores, la función de las campanas verdes, reciclaje, cartoneros, Ley Basura Cero y campañas publicitarias.
Al otro lado de esa habitación los observan especialistas que, en diferentes áreas, intervienen en temas relacionados con la basura. Y también expertos en decodificar los mensajes que dejan estos vecinos y que deberían ayudar a la Ciudad a delinear políticas futuras.
La mayoría reconoce que no separa en origen. O que lo hace de forma muy irregular: “Entiendo que la basura es un problema, pero no me tomo el tiempo de separar”, comentó un vecino. Otro dijo “tiro todo al mismo lugar, pero con cul- pa, sé que esta mal”. Y despertó las carcajadas de todos. Entre los ocho –todos viven en departamentos y son estudiantes o profesionales–, solo uno separa de forma sistemática. “Incluso lavamos los envases, como los potes de queso o los de yogurt”. Y reconocían a los chicos como principales motores para impulsar el cambio en las casas. “A mi papá, que es de la generación que sigue tirando el celofán de los cigarrillos en la calle, los nietos lo retan”, contó una joven. Otro vecino relacionó la separación en origen con un problema estético: “Queda feo verla en la cocina”.
Casi a coro, criticaron enfáticamente a los restaurantes: que sacan la basura a cualquier hora y que las veredas quedan muy sucias. Otros que cayeron en la picota fueron los encargados: “No saben que hacer con la basura. Solo se ocupan de sacarla”, se quejaron.
“Impresiona escuchar lo ajena que es la basura en la agenda de los vecinos. No es que no haya difusión, sino que la gente tiene un interés bajísimo”, opinó Sergio Abrevaya, presidente del Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires. Y consideró que “habrá que encarar un tipo de comunicación para que la gente entienda que en un año ya no habrá donde dejar la basura”.
“No es una ley, es un programa”, dice alguien en relación a la Ley Basura Cero. “No, es una campaña”, aporta otro. El silencio es rotundo cuando el moderador pregunta sobre los centros verdes: “Alguna vez escuché algo al respecto”, dice alguien. Solo un vecino pudo explicar, aunque con conceptos muy básicos, como llega la basura hasta los rellenos sanitarios. “Es obvio que estamos atrasados en este tema, pero peor es que haya aulas container”, opinó alguien más.
Al final de la charla quedó entre los vecinos la idea de comenzar a involucrarse con el tema. Y la esperanza de que la Ciudad aporte la información necesaria.