Guillermo y Máxima reciben a víctimas del vuelo MH17
Fueron 40 cuerpos. Holanda les ofrendó honores militares. Sonaron campanas en el país.
En medio de un profundo pesar nacional, los primeros cuarenta cuerpos de las 298 víctimas del vuelo MH17 de Malaysia Airlines llegaron ayer a Holanda en dos aviones, casi una semana después de que el Boeing 777 fuera derribado en una zona controlada por los separatistas del este de Ucrania. Fueron recibidos con honores militares bajo la presencia de los reyes Guillermo y Máxima, y la cúpula del gobierno. En señal de congoja y acompañamiento, las campanas resonaron con fuerza en todas las iglesias del país.
Cuando las aeronaves aterrizaron en el aeropuerto de Eindhoven, el país se paralizó por completo. Durante un minuto Holanda hizo silencio en señal de respeto. Dieciséis féretros viajaron a bordo de un C130 holandés y veinticuatro en uno más grande, un C17 australiano.
El premier Mark Rutte, acompañado por parte de su Gabinete, se ubicó junto a Guillermo y la argentina Máxima. Cerca de ellos estaban los representantes de los 17 estados de donde provenían los 193 holandeses que integraban la nómina de pasajeros.
En la pista del aeropuerto, grupos de militares transportaron cada uno de los féretros en forma solemne desde el interior de dos aviones a los coches fúnebres. Luego, en una larga procesión fueron llevados a la base militar de Hilversum, con el fin de empezar el proceso de identificaciones. Cientos de personas se agolparon en los costados de la ruta, en puentes o frente a la base militar para lanzar flores y aplaudir.
Holanda se encuentra desorien- tada por el dolor, la rabia y la imposibilidad de explicar las razones de esta tragedia que les tocó vivir. Ayer, con la llegada de los primeros cuerpos, los familiares tuvieron la primera distensión tras una semana de tira y af loje político con los separatistas pro rusos por sus seres queridos. La sencilla pero emotiva ceremonia en el aeropuerto estuvo destinada especialmente a ellos.
La disputa internacional entre Europa, Estados Unidos, Rusia, Ucrania y los separatistas sobre quién derribó el avión ha dejado claro a los holandeses que se convirtieron en víctimas de una guerra ajena. La triste jornada de ayer, con el regreso a casa de los muertos, ha sido un día de duelo nacional que seguramente recordarán durante años.