“Las mejores soluciones son las que genera la gente”
Su trabajo es estimular proyectos sociales, como Ideame, para financiar propuestas. Dice que las ideas no deben ser verticales.
Descubridora. Agitadora. Curadora cultural. Diseñadora de experiencias. May Groppo cambia y genera nombres para su trabajo, que va desde organizar la versión local de PechaKucha Night ( el evento que nació en Tokio y se expandió a más de 700 ciudades: 12 referentes de distintas disciplinas comparten experiencias en siete minutos, en el Konex), 8 Tramas ( en el Malba, encuentros en los que ocho personas comparten sus aprendizajes) a ser parte del equipo que creó Ideame, la plataforma de financiamiento colectivo para creadores latinoamericanos. “En realidad, lo que hago es convocar a personas con las que me gustaría tomar un café”, concede.
Entre el cómo y el porqué aparece la formación en ingeniería, inglés, coaching organizacional y la necesidad de cubrir distintos abordajes a... todo. “Descubrí que mi formación iba a ser más autodidacta que formal y empecé a recorrer la Ciudad leyendo y conociendo personas. Aprendí a sentirme exploradora en mi ciudad”, dice. Y de ahí a los grandes eventos, ¿ cómo llegás? Arranqué con PechaKucha en 2006. Organizaba acciones para una marca de anteojos dentro de eventos calendarizados como BAF Week o ArteBA y veía que estaban atomizados por disciplinas. Si eras diseñador ibas a Trimarchi o a Puro Diseño y nunca te cruzabas con un músico o un escritor. Faltaba un punto de encuentro.
El café: “Descubrí La Vicente López (Av. Maipú 707), más por las medialunas que por el café”
Ahora hay más eventos de ese tipo con distintos ejes... El networking empezó a hacerse fuerte como contraposición a la vida digital. Ya entendimos que en la vida digital nos mezclamos todos, pero, ¿ qué pasa cuando toca vernos? A PechaKucha hay gente que va incluso sin saber quiénes van a ser los oradores porque es punto de encuentro, como un zapping de inspiración. Buenos Aires está repleta de hacedores, emprendedo- res de todo nivel, y eso contagia. ¿ Pasa en otros lugares? No, es más nuestro. Esto de no quedarte con los “no”; entonces si una galería dice que no, acá la gente exhibe en su casa, distribuye flyers on line, pone unas cervezas y no deja de exponer. También hay otro tipo de apoyo, un maker movement que va por el lado de plataformas de financiamiento colectivo. Como Ideame. También estuviste detrás de ese proyecto… Formé parte del grupo fundador. La idea es generar un espacio para que los hacedores se vinculen directamente con las personas que podrían estar interesadas en sus productos y logren financiarse a través de estas comunidades. Más allá de la preventa, también ayuda a la difusión. Porque otra cosa que pasa en Buenos Aires es que nos gusta sentirnos descubridores, lo que se conoce como early- adopters, adoptar las tendencias desde el principio y recomendar la novedad a los otros. En ese sentido, las plataformas de financiamiento colectivo funcionan como descubridoras de proyectos. Tal vez tenés la primera edición de algo o te sentís parte de la creación, te involucrás desde otro lugar, no desde ir a comprar a una tienda un disco. El chiste de “te sigo desde Cemento” tiene que ver con eso... En PechaKucha pasó que Clorindo Testa estuvo en el volumen 2, al que fueron unas 800 personas, y hay un montón de gente que dice “yo fui al Pecha de Clorindo”. La charla está en YouTube, o sea que el que quiera sumarse a la mística puede verla y decir que estuvo. En estos espacios también surgen cuestiones que tienen que ver con la Ciudad, con mejorar el lugar en el que vivimos... Es una experiencia global que se da en ciertos lugares donde se entiende que el ciudadano se siente protagonista y cuidador de su entorno. En los hackatones en los que la consigna es buscar soluciones para la Ciudad, lo que se propone es que no necesariamente el gobierno tiene que proveer la idea de la solución, sí después ejecutarla. Pero las soluciones más eficientes en cualquier comunidad son las que la gente genera día a día. Es una tendencia en lugares donde también entendieron que hay que volver a pensar la ciudad como una comunidad, no una estructura tan verticalista con gente que toma decisiones y otros que las implementan porque si no se los castiga.