Denunció que la asaltaron y la secuestraron en pleno Recoleta
Es una chica de 29 años. Dijo que la subieron a un auto y la liberaron tres horas después.
La joven vive en Puerto Deseado, Santa Cruz, pero vino a Buenos Aires junto a su novio para un casamiento y se quedó paseando. El martes, alrededor de las siete de la tarde, estaba a punto de entrar en un cajero automático en el barrio de Recoleta cuando – según denunció– un hombre la agarró por detrás, la amenazó y la obligó a meterse en un auto en el que lo esperaban otros dos cómplices. “¡ Quedate quietita!”, contó que le dijeron. La chica intentó forcejear, recibió golpes, se desmayó y, tres horas más tarde, fue liberada en una plaza de la calle Libertad.
Florencia Gadano tiene 29 años y es empleada en un banco. Le contó a Clarín que todo comenzó cuando estaba a punto de sacar dinero de un cajero: “Nunca llegué a entrar, todo fue en la vereda. Ocurrió en plena tarde, había mucha gente”.
El hecho –según su relato– sucedió frente a una sucursal del Banco Patagonia, en avenida Santa Fe y Sánchez de Bustamante. “No sé con que me apuntaron, si fue un arma u otra cosa, no llegué a verlo. Me apoyaron algo en la espalda y me abrazaron por atrás. Pensé que era mi novio que estaba haciéndome una broma, porque él estaba esperándome en un auto en la esquina. Cuando giré para abrazarlo, me di cuenta de que no era él”, le relató la joven a Clarín.
Florencia recordó que en ese
“Polichorros” en Ramos Mejía
Un grupo de asaltantes vestidos con chalecos de la Policía asaltó ayer a un joven en su casa de la localidad bonaerense de Ramos Mejía (La Matanza), de donde le robaron dinero, computadoras y otros objetos de valor. El robo ocurrió alrededor de la 1.45 de esta madrugada en una casa ubicada en Saavedra al 900. Fuentes policiales citadas por Télam informaron que todo comenzó cuando un joven, identificado como Damián Benadal (21), caminaba por la calle Necochea y, al llegar a la esquina con Chacabuco, fue sorprendido por cuatro ladrones que se bajaron de un momento quiso gritar, pero que del susto se quedó sin voz. “Había un hombre fumando al que intenté advertirle, pero no me interpretó. Me subieron en un Fiat Siena blanco que venía avanzando despacio por la avenida Santa Fe. Abrieron la puerta trasera, me sentaron y me forzaron a ponerme boca abajo, como en cuclillas”, explicó.
Adentro del coche había otros dos hombres. Ella intentó resistir para que no le quitaran la cartera, pero recibió un fuerte golpe que la Peugeot 307 fingiendo un operativo policial. Dos de los asaltantes estaban armados y otros dos iban vestidos con chalecos con la inscripción “Policía”. Entre todos lo rodearon y lo amenazaron. Los ladrones obligaron al joven a subir al auto y lo llevaron a su casa, donde sus padres y un hermano estaban durmiendo. Despertaron a la familia y les robaron todo lo que pudieron, como una notebook, un equipo de música, teléfonos celulares, 1.000 pesos y tarjetas de crédito. Cargaron el botín en el Peugeot y huyeron. Aún no hay detenidos. dejó casi desvanecida. “No sé con qué me pegaron, pero me desmayaron. Querían quitarme el bolso. Adentro tenía los documentos, el teléfono celular y la billetera con 500 pesos”, enumeró la víctima.
Fuentes policiales informaron que en realidad a la joven le robaron 35.0000 dólares, que le había entregado una hermana que trabaja en México como modelo. También informaron que estaban tras la pista de un entregador.
Otra fuente del caso le aseguró a Clarín que la chica aún no había declarado, pero que al ver el caso en los medios la llamaron desde la comisaría 15° y que su padre, por teléfono, confirmó que lo robado eran 35.000 dólares.
Sin embargo, Florencia le dijo a Clarín que no llevaba esa suma. Y más tarde su padre, Juan Carlos Gadano, afirmó lo mismo que ella: le negó a la agencia Télam que el monto fuera tan elevado. Sólo confirmó que el rapto duró 3 horas y que a su hija la liberaron a 20 cuadras, en Santa Fe y Libertad.
“No me explico por qué me subieron al auto y cómo fue que sucedió todo esto en plena ciudad. Después me tiraron en una plaza. Me dolía mucho un pie, casi no podía caminar. Me acuerdo que me arrastré y me levanté apoyándome en un árbol. Empecé a pedir ayuda y la gente me ignoraba. Caminé alrededor de la plaza, caminé entre los edificios, volví a la plaza y pedí ayuda otra vez. Me senté en un banco hasta que le pedí por favor a un chico que me ayudara”, relató.
Florencia fue llevada al Hospital Ramos Mejía y en la tarde de ayer se recuperaba en lo de su madre. “Lo importante es que estoy bien, golpeada, nerviosa, pero bien. Por suerte no pasó a mayores. Tengo golpes en la frente y moretones en los brazos”, concluyó la joven. Ayer, los familiares de Gadano buscaban testigos.