Goles, con sacrificio y trabajo
Emmanuel Mas era resistido. Mauro Matos se ganó el puesto. Mercier y Buffarini son emblemas del esfuerzo.
Fue una noche mágica en la que los goles fueron el delirio, el escape a la locura. Celebró y aplaudió mucho la gente de San Lorenzo, un aplauso reprimido en el tiempo. Tuvo que esperar el Ciclón, pero acá está, jugando bien, goleando y soñando en grande. Y hay historias detrás de los goles de anoche: los cinco se construyeron desde el sacrificio y el trabajo.
La figura fue Emmanuel Mas, le faltaba un partido así al lateral izquierdo. Desde el penal que le cobraron en Ecuador contra Independiente del Valle, los hinchas le apuntaron. Después de ese duelo, el propio Bauza afirmó que dependían de un milagro para seguir en la Copa. El milagro ocurrió. Los hinchas pedían a Walter Kannemann, el jugador que deja la vida en la cancha. Sin embargo, el técnico bancó a Mas y los dos goles de ayer son como un enorme agradecimiento. “En lo personal cada vez me siento mejor. Fue un partido importante, que sirve mucho; pero lo soñado sería ganar la Copa. Hay que ir paso a paso y continuar por este camino”, explicó Mas. Y amplió: “La idea era ir a La Paz ganando y sin que nos marquen goles. Bolívar en su cancha se hace fuerte y ya ha goleado a varios equipos”.
Mauro Matos llegó a San Lorenzo con muchos interrogantes. Junto a él arribó Nicolás Blandi, para pelear por el puesto. El ex Boca llegaba con más pergaminos. Luchó Matos y se ganó la vacante. Ahora, para este semestre, se recuperaron Martín Cauteruccio y Gonzalo Verón. No se achicó el ex All Boys y siguió trabajando, obstinado como todo goleador. Ayer abrió el camino con un gol de 9 de área. “Hicimos un partido más que excelente. Buscamos una diferencia que nos dé aire para la revancha y por suer- te la logramos. Ahora nos queda ir a una cancha difícil, que tiene a la altura como protagonista. Ojalá sigamos por este camino”, destacó el goleador.
Juan Mercier es el termómetro del equipo. Hace mucho tiempo que no juega mal el volante; siempre lo hace bien. Es el obrero silencioso para que brillen los de arriba. Es raro que llega a posición de gol, porque su función es la del balance, el equilibrio; anoche llegó y marcó el primero con la camiseta azulgrana. Desde las tribunas bajó una ovación. A principios de año el mediocampista pudo emigrar a Betis de España, aunque se quedó porque quería ganar la Copa. El sueño está cada vez más cerca. “Fue uno de los mejores partidos del equipo, por los goles y también por el rendimiento. Durante todo este tiempo nos preparamos para jugar contra Bolivar. Ahora hay que ir a La Paz con la misma mentalidad”, dijo Mercier.
Julio Buffarini corre y corre por la derecha y los simpatizantes no se cansan de aplaudir. Es el más querido, junto al emblema Romagnoli. Sacrificio es la palabra que mejor le cabe al volante devenido en lateral. “Nuestra idea era conseguir un buen resultado, pero nunca imaginamos esto. La clave fue que apretamos el acelerador en los momentos justos. Igual, todavía quedan 90 minutos en una cancha difícil. La llave no está definida”, cerró Buffarini.