La comedia, el drama y los Emmy
Con sus 12 nominaciones a los premios Emmy, Orange is the New
Black renueva pergaminos. Es la serie más vista de Netflix a nivel mundial y en la Argentina no para de cosechar espectadores. Lo curioso es que Orange... compita en la categoría comedia, ya que transcurre en una prisión para mujeres. “Es un dramedia”, explican a coro sus protagonistas, fascinadas con los giros humorísticos que Jenji Kohan ( Weeds) la directora, le imprime a las escenas. Basada en una historia real, la que cuenta Piper Kerman en su libro homónimo, la serie sigue el caso de Piper Chapman (Taylor Schilling) una neoyorquina blanca de clase acomodada que cumple una condena de 15 meses en una cárcel federal. Piper llevaba una vida burguesa cuando la arrestaron: iba casarse con Larry (Jason Biggs). Pero diez años atrás había mantenido una poderosa relación con Alex (Laura Prepon), una traficante de drogas que también está presa. Si la primera temporada se centra en la historia de Piper, la segunda, la más exitosa, explora a una docena de personajes muy diversos, que nada tienen de secundarios, a través de flashbacks reveladores, historias humanas dentro de la gran historia. “El sentido del humor es una táctica de supervivencia”, esgrime la directora. Comedia, drama y vida propia para los personajes (no tan) secundarios.