"Están matando a nuestros hijos"
Lo dijo Eduardo Tonello, padre del joven asesinado por un ladrón para robarle la bicicleta.
La contundente frase es del papá de Pablo Tonello, muerto a tiros cuando quisieron robarle su bicicleta en Lacroze y Libertador. “No podemos seguir mirando”, dijo. En la foto, vigilancia policial, ayer, en la zona del asesinato.
“Quiero que la muerte de Pablito sirva para que todos los padres tomemos conciencia de que están matando a nuestros hijos. Nada más. Están matando a nuestros hijos y no podemos seguir mirando”, dijo a la prensa Eduardo Tonello, papá de Pablo Ariel Tonello (27), el joven asesinado a balazos el miércoles en avenida Del Libertador y Federico Lacroze por un ladrón que intentó robarle la bicicleta cuando iba a trabajar.
Al cierre de esta edición, fuentes policiales de la Comisaría 33 consultadas por Clarín, confirmaron que un hombre fue detenido anoche en el barrio porteño de Palermo sospechado por el crimen del joven ciclista y que quedó a disposición de la Justicia.
El padre de la víctima contó que su hijo hacía el mismo recorrido en bicicleta “todos los días” y que diariamente “se levantaba a estudiar”, al tiempo que se dedicaba a “diseñar videojuegos”. De hecho, tal como informó este diario, el asalto ocurrió a las 8.30 de la mañana en pleno Palermo, cuando Pablo iba a trabajar en bicicleta a las oficinas de la empresa CMD, del Grupo Clarín, ubicadas en Parque Patricios. El ladrón le pegó cuatro balazos, escapó a pie, robó otra bicicleta y desapareció. Hasta anoche no había sido detenido.
“Yo no sé si van a encontrar al culpable pero creo que los culpables de esto somos todos, en parte”, opinó el hombre, en el mismo lugar del crimen. Y agregó: “Hoy soy noticia yo y mañana va a ser otro”.
El jefe de la Policía Federal, Román Di Santo, se había manifestado “asombrado” por “la fiereza y la inmundicia con la que actuó el delincuente” y afirmó que “es un hecho que escapa al común denominador” de los delitos.
El miércoles viajó a Buenos Aires apenas conoció la trágica noticia. Por la tarde, junto a otros familiares, se lo vio consternado entrando y saliendo del departamento donde la víctima vivía con Mayra, su esposa, en el barrio de Belgrano.
Pablo se había casado hacía 20 días con esta chica, a quien había conocido unos cinco años atrás. Le gustaba ir a trabajar en bicicleta, a pesar de que tenía un auto. Era fanático de los videojuegos y vivía de eso: desarrollaba videogames para celulares y manejaba su propia empresa al respecto, además de su empleo en CMD. Ayer, sus compañeros lo recordaron con una foto suya en Twitter: “Nuestro recuerdo por siempre, Pablo”.