Entre las muestras de apoyo K y la desconfianza en el Senado
D’Elía arma un acto en favor de Boudou. Pero en La Cámpora y los legisladores hay reparos.
Los días de Amado Boudou lejos están del vértigo que se vive en el Gobierno por la negociación con los holdouts. Mucho menos se asemejan a aquellos suyos en Economía, cuando debía repartirse entre su agenda de ministro y la campaña para la elección en la que acompañó en la fórmula a Cristina. Por el impacto que provoca su comprometida situación judicial y ya sea cuando queda a cargo del Ejecutivo o como presidente del Senado, el rol del vice ha quedado reducido casi a cuestiones administrativas, con poca actividad oficial y nula injerencia en la gestión.
Pero la semana que viene Boudou puede encontrar un oasis en medio de tanto aislamiento. Es que, por el viaje de Cristina a Colombia para participar de la reasunción del presidente Juan Manuel Santos, el vice volvería a estar a cargo del Ejecutivo. A diferencia de lo ocurrido esta semana, en la que reemplazó a la Presidenta pero no tuvo agenda oficial que cumplir, desde la Casa Rosada podría recibir algo de juego, para justificar –y maquillar– su ausencia en la sesión del Senado en la que dará explicaciones Jorge Capitanich. Por Boudou, aunque invocando otros motivos, el jefe de Gabinete postergó tres veces su informe de gestión.
Aislado y todo, Amado Boudou ha logrado lo que casi ningún dirigente opositor consiguió a lo largo de la década del Gobierno en el poder: dividir aguas dentro del kirchnerismo. Su procesamiento, dispuesto por el juez Ariel Lijo en la la causa Ciccone, no sólo disparó el reclamo unánime de la oposición, sino que motivó diversas opiniones en las filas K. Tanto que, incluso, cada vez más dirigentes alineados con el oficialismo –y varios en voz alta y a través de los medios– sugieren que debe tomarse licencia.
En este contexto, Boudou espera con mucha expectativa el acto de desagravio que preparan algunas agrupaciones kirchneristaspara el próximo 12 de agosto, en el Luna Park. Y, según confiaron desde su entorno, planea asistir. Admiten que la convocatoria, impulsada por algunos dirigentes de buena sintonía con el vice, como Gabriel Mariotto, Luis D’Elía y el subsecretario general de la Presidencia Gustavo López; es “una buena posibilidad” de volver a mostrar fortaleza en público.
Desde la militancia, sin embargo, no todos son buenos mensajes hacia el vice. La Cámpora, la agrupación que lidera Andrés “Cuervo” Larroque – uno de los que ha bía apoyado con énfasis a Boudou través de los medios– le ha dejado saber al vicepresidente cierto descontento por algunas de sus actitudes. La última fue esta semana, luego de que se mostrara en un bar de San Telmo, en el recital de su banda amiga La Mancha de Rolando.
Pero el Senado es acaso el lugar en el que Boudou provoca más diferencias. Cuestionado por toda la oposición, que en conjunto prepara un inédito proyecto de resolución “para suspender en sus funciones como presidente de la Cámara”, también hizo mella en el bloque del Frente para la Victoria, que luce dividido entre quienes sugieren que debe tomarse licencia – donde se anotan las principales espadas– y los más fieles, que lo defienden a ultranza.