Maduro recibe apoyo de su partido para imponer un fuerte ajuste de la economía
Se descuenta una devaluación y aumento de la ya alta inflación Se eliminarán los subsidios a las naftas y se analiza unificar el tipo de cambio. Los delegados aplaudieron de pie.
El gobierno venezolano ratificó oficialmente ayer que emprenderá un severo plan de ajuste que incluirá la unificación del tipo de cambio y la finalización de los subsidios a los combustibles.
Las medidas que provocarán una devaluación aún difícil de mensurar y un traspaso de la crisis económica a la mayoría de la población, fue anunciada por el ministro de Petróleo y Minería Rafael Ramírez durante la jornada de cierre del congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela. Lo curioso es que los delegados aplaudieron de pie el programa que implica un fuerte racimo de medidas impopulares.
El ministro reveló que el subsidio a las naftas alcanza a 15 mil millones de dólares anuales. Esos fondos fiscales sirvieron para mantener el precio de los combustibles en los valores más bajos del mundo.
La unificación del tipo de cambio, que referentes del gobierno anunciaron previamente, producirá un ajuste de la paridad con previsibles consecuencias sociales debido a que el país importa la mayoría de sus alimentos. En Venezuela hay tres tipos de cambio oficiales: 6,3, 11 y 50 bolívares por dólar. El paralelo cotiza por encima de 70. No se indicó cuál será el número unificado, ni tampoco se informó si en ese caso se terminará con el cepo que rige desde hace 15 años sobre las divisas internacionales. Sobre las naftas, el presidente Nicolás Maduro había anunciado que los aumentos se pondrían en marcha el 15 de agosto.
Lo central es que Ramírez pidió apoyo del chavismo para su programa de ajuste que es resistido en las alas más rígidas del régimen. El funcionario admitió que el sector no petróleo “tiene pro- blemas importantes que tenemos que asumir y debemos superar”. El también presidente de la estatal petrolera, Pdvsa, reveló que las cifras del Banco Central muestran que en 2013 la actividad no petrolera creció 1,8% mientras que en 2012 repuntó 5,8%.
En la transmisión de la cadena Venezolana de Televisión, reconoció que “el sector privado sigue jugando todavía un papel importante en la actividad económica”, aunque apuntó que “tiene condiciones monopólicas en sectores clave como alimentos y agroindustria”.
Propuso revisar la situación de las empresas básicas e instó a los ministros a abordar ese tema.
En cuanto a las acciones, los voceros del Ejecutivo han señalado que se define un conjunto de medidas cambiarias, monetarias y fiscales y, en línea con ese plan, Ramírez añadió que se contempla una convergencia del sistema cambiario que se tiene que efectuar más temprano que tarde.
El desafío es que el ajuste en la paridad cambiaria producirá un impacto en las cifras de inflación que ya son de niveles histórico con una base de 60% anual que aumenta hasta más de 80% para los alimentos.
En el plano político, la frustración arropa a la mayoría de los chavistas al advertir que el III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela, fundado por el patriarca Hugo Chávez, haya concluido sin reformas ni debates sobre la corrupción y la crisis económica nacional, pero con el control absoluto de Maduro para acallar la disidencia interna.
El mandatario se ha auto proclamado presidente de la organización política por considerarse el “hijo” y “heredero” de su fundador a quien coronó como “el líder eterno” al estilo norcoreano. El congreso chavista se celebró en medio de escándalos como el caso del supuesto narco general Hugo Carvajal, hombre de confianza de Chávez, recibido como un héroe tras su detención en Aruba.
Maduro ha impuesto su autoridad en los seis días que ha durado la convención oficialista para sacar del juego al grupo de disidentes encabezados por los ex ministros Jorge Giordani y Héctor Navarro, considerados desde el oficialismo, como “izquierdistas trasnochados” y montar una maquinaria que responda sin chistar a sus designios. Sólo la cúpula y algunos delegados hablaron con un discurso preparado y previamente censurado.
Los chavistas de base como la Marea Socialista están desconcertados con el futuro del PSUV. Muchos ya no se sienten representados con Maduro a quien ven debilitado a pesar de tener el control del partido. El desencanto de la base se manifestó con la alta abstención en las primarias para elegir a los delegados del Congreso. Sólo uno de cada diez militantes concurrió a votar.