El juez ratificó a Pollack y pidió que sigan las negociaciones
Volvió a referirse a declaraciones de Kicillof y Cristina. Señaló que no se cumplió su fallo.
“Todos de pie”, fue la orden. El juez Thomas Griesa ingresó a su habitual sala de audiencias situada en el piso 26 de la Corte Federal de Nueva York sabiendo perfectamente lo que iba a decir.
En cuanto se sentó en el estrado, lo primero que Griesa hizo fue dar una definición. “Esta semana la República Argentina no le pagó los intereses a los que llamamos bonistas que ingresaron en el canje”, dijo. “No sé si eso se llama default, no me quiero meter en ese asunto. Pero el pago no fue realizado”, insistió. Al final de la audiencia, Griesa reconoció, sin embargo, que calificar el no pago de default no es inexacto. “Es difícilmente una anomalía llamarlo default”, dijo. Así, defendió al mediador Daniel Pollack quien había utilizado la palabra default en su comunicado de prensa del jueves y como consecuencia Argentina ha pedido que se aparte del caso (ver nota aparte).
El abogado de Argentina, Jonathan Blackman, se acomodó varias veces en su asiento. Por primera vez, los periodistas fueron ubicados en un box donde se sientan generalmente los miembros del jurado y es por eso que era más fácil observar el lenguaje corporal más distendido de los abogados de los buitres que de los de Argentina.
El gobierno argentino viene afirmando que el país pagó a los bonistas del canje al hacer el deposito en el BoNY de 539 millones de dólares y si la plata no llego a los bonistas, eso es problema del banco. El gobierno insistió que “Argentina pagó”, “no está en default” “cumplió con sus obligaciones” Griesa no está de acuerdo. Por eso, a continuación vino el regaño. “La República Argentina hace declaraciones públicas muy engañosas. Y eso tiene que terminar”.
Griesa considera que Argentina no solo tiene la obligación de pagarle a los tenedores de bonos que ingresaron en el canje sino que también tiene una segunda obligación que es el pago de los fallos que los fondos buitre obtuvieron en su favor. Argentina ha dicho que quiere una solución para el 100% de sus acreedores.
Griesa puso el acento sobre las declaraciones de la Presidenta y del ministro de Economía cuando dijeron que han cumplido con sus obligaciones al pagarle sólo a los bonistas que ingresaron en el canje. “Esas son verdades a medias y las verdades a medias no son la verdad”, disparó Griesa. “Argentina tiene que hablar sobre sus dos obligaciones. Todos lo que sea menos que eso es falso y engañoso y tiene que terminar”.
Así comenzó una audiencia que duró una hora y que no llego a satisfacer las expectativas. Mientras que el ente que regula los seguros contra default, ISDA (según sus siglas en inglés), declaró al país en default y la situación de los bancos de pagos seguiría siendo complicadísimas, Griesa se limitó a ordenar que las partes sigan adelante con las negociaciones. “Nada de lo que ha pasado esta semana ha eliminado la necesidad de llegar a un acuerdo y la necesidad de traba- jar con Pollack para lograrlo”, dijo defendiendo a su mediador como una persona totalmente imparcial. Fue entonces que el abogado de Argentina, Jonathan Blackman, tomó la palabra. Visiblemente nervioso, planteó que por instrucciones de su cliente tenia que señalar que el comunicado que Pollack emitió después de las negociaciones del jueves utilizando la palabra default fue “dañino y perjudicial para la Argentina, su impacto sobre los mercados y en la situación que creo para que personas como los tenedores de Credit Default Swap ( es decir seguros antidefault)”. Y agregó que “Argentina no tiene ya la confianza en el proceso como esta constituido actualmente bajo el Maestro Especial y pide a la Corte que considere otros medios para facilitar el diálogo”, concluyó. En ese contexto, Griesa ratificó a Pollack en su puesto diciendo que difícilmente es equivocado considerar el no pago como un default. “Hay que enfriar las ideas de desconfianza”, insistió Griesa. “Lo importante son las propuestas, las recomendaciones y los hechos”.