Para el Gobierno, las campañas se hacen con dinero
La Argentina está asistiendo a una de las campañas electorales más largas que se recuerden. Con un brevísimo descanso a principios del verano y otra corta detención por el Mundial, los precandidatos presidenciales encadenaron la competencia legislativa de 2013 con la que el año que viene definirá quién será el sucesor de Cristina Kirchner.
Para comprobarlo, alcanza con mirar la agenda de los políticos.
UNEN hizo un encuentro ayer en Jujuy de celebración de la Pachamama al que asistieron Hermes Binner, Julio Cobos y Ernesto Sanz, tres de los cinco precandidatos presidenciales.
Mauricio Macri hará un recorrido esta mañana por Berazategui, Avellaneda y Quilmes.
Daniel Scioli visitará hoy la Villa 21 de Barracas y mañana viajará a Tandil, para presenciar la firma de la adhesión de ese municipio a la Policía Local.
El gobernador bonaerense tiene previsto seguir poniendo a la política de seguridad como
La Casa Rosada volcó pesos en la economía como en la antesala de las elecciones.
centro de su gestión durante este año. El lunes anunciará en Vicente López la creación de la Superintendencia Antisecuestros de la Bonaerense.
Scioli terminó de definir esa idea ayer, al final de una semana en la que hubo cuatro secuestros extorsivos conocidos ( el más resonante de ellos el del padre del futbolista Carlos Tevez) y otros dos o tres – el número varía según la fuente– que fueron denunciados a la Justicia pero no conocieron publicidad.
El Gobierno tomó registro de ese ritmo de los candidatos, que sólo se puede comparar con el que suele mostrar la política dos o tres meses antes de una elección. En la Casa Rosada saben bien que no es posible hilvanar una campaña en medio de alarmas por el default, la recesión, la caída del empleo y de la capacidad de consumo, la devaluación y una cascada de procesamientos de funcionarios.
Por eso el Gobierno resolvió volcar la cantidad de pesos sobre la economía que el kirchnerismo solía derramar en las antesalas de las elecciones.
Buena parte de ese monto está destinado a pagar la nacionalización de YPF y a mantener los subsidios a las tarifas de la energía y los transportes.
La inf lación y la devaluación ayudan a explicar esos aumentos. Pero también el nuevo récord que marcó Cristina Kirchner al llevar la cuenta de los gastos públicos por encima del billón de pesos indica que la Presidenta sigue apostando a que la única anestesia para los electores es el dinero del Estado. Como suele ocurrir con esa clase de remedios, el efecto dura cada vez menos.