“Pavadas atómicas son las que se multiplican”
“Pavadas atómicas”. Está clara la expresión cuando escuchamos tantos dislates repetidos en conferencias que son monólogos cansadores y fatigosos para quienes asisten. Basta con mirar las caras de los asistentes donde se reflejan el tedio y la obligación de estar.
El Patio de las Palmeras debería llamarse el Patio de las Palmas. Aunque el jueves fueron palmitas porque los más aplaudidores eran los jóvenes camporistas. Pero eso no alcanza para tapar las alocuciones llenas de repeticiones agotadoras, como si fueran clases para chicos en escolaridad primaria. No hay nada nuevo bajo el sol para los gobernantes. Siempre es lo mismo. Pasamos horas y días escuchando distintas voces y ... el cuento es el mismo. La cuestión ideológica por delante del bienestar general. Nadie aporta algo inédito. Pero el maestro es uno solo. Para ellos, Argentina es el blanco del mundo. La comunidad global quiere nuestro fracaso. El guerrero por excelencia es Kicillof, un nuevo prócer según la Presidenta. ¿Por qué nos atacan? A países vecinos no les sucede lo mismo. La presunta guerra que enfrenta nuestro país está en el limbo como los dineros depositados, según el ministro de Economía. Llama la atención escucharlo decir que es fácil hacer o programar arreglos con dinero público. Sufre de un problema de enlace, asociación o memoria porque, ¿usan los funcionarios dineros propios para el Fútbol para Todos, el Automovilismo para Todos, etc? Con el bolsillo ajeno se pueden hacer grandes y pequeñas cosas. Luego publicarlo como proezas propias. Señor ministro, eso no es filantropía. Disponer de los dineros de los aportes a las cajas jubilatorias para pregonar amor al prójimo ... es mentira. Como anunciar un mes antes un mísero aumento para la clase pasiva que trabajó la mayor parte de sus vidas, por debajo del salario mínimo, vital y móvil.
“Pavadas atómicas” son las definidas sensaciones que se multiplican. Sensación de inseguridad, sensación de impunidad, sensación de injusticia y ahora sensación de default. “Quedense tranquilos”, aseguró Kicillof, y le faltó agregar: “Ya mismo y sin cambiar de andén, quédense tranquilos y: duerman sin frazada”. Pero ojo que el tren llega con atraso y nos llevará puestos en cualquier momento.
Mirta Rivero mirlirivero@gmail.com