Carrió-Macri: un llamado de cortesía para diluir años de frío
La diputada habló con el Jefe de Gobierno para pedir una solución por el Hospital Garrahan. Fue el primer contacto.
“Cuando empecé en política, ella decía que yo venía a hacer negocios para mi padre”, recordaba ayer Mauricio Macri mientras almorzaba en el quinto piso de las oficinas de la Fundación Pensar, en San Telmo. Solo le faltaba decir: algo he hecho bien. No lo decía pero, probablemente, lo pensaba. Una hora antes lo había sorprendido el llamado de Elisa Carrió –la doctora, la llama él en privado– para pedirle que pusiera un ojo en las necesidades del Hospital Garrahan. Excusa cándida para avanzar en el diálogo político que podría llevarlos a un acuerdo electoral para enfrentarse en las primarias de presidenciales del año próximo. Acaso el llamado sea el preludio de un encuentro a solas. Pero lejos de los flashes: el jefe de Gobierno desconfía del estilo Carrió y estudiará riesgosbeneficios antes de dar un paso.
“Sería insólito que habláramos de ir a unas PASO con Lilita sin tomarnos un café”, asumían los macristas mejor informados. El negocio de Macri, contaba anoche uno de sus principales armadores, es “mostrarse amplio y quedarse con el apoyo de una dirigente intachable en temas de corrupción”. Otro de los estrategas decía que, si las negociaciones prosperasen, Carrió podría convertirse en la sparring ideal de Macri para potenciar su candidatura en la previa de las elecciones generales. Nunca en una fórmula conjunta. Macri sigue pensando que el binomio ideal es con Gabriela Michetti.
El jefe de Gobierno estaba desorientado por el llamado –“Yo la llamé muchas veces pero ella nunca me atendió”, contó entre sus íntimos– pero también por la difusión de la charla. Fue la primera vez que hablaron desde que el conductor hace política. Sólo se habían cruzado en debates de TV y hace muy poco en la puerta del Yacht Club, en Puerto Madero, cuando la diputada, para romper el hielo, piropeó a su mujer, Juliana Awada.
Carrió incluso burló su propia regla, esa que establece que “yo no hago política por los diarios”, como declaró el día que rompió con la cúpula de UNEN. Por los diarios quizá no, pero por Twitter sí, lo que aseguró que la noticia llegara rápidamente a los portales de noticias. Fue ella quien escribió ayer al mediodía en su cuenta: “Hablé x tel con Macri. Nos unió el Garrahan y los niños”.
La jefa de la Coalición, a través de un colaborador, discó el celular del vocero de Macri desde el Garrahan, alertada por el cierre de una salita para chicos de tres años y porque el Gobierno porteño prevé una baja en los fondos que envía al establecimiento, que es financiado por la Nación y la Ciudad. Serían más de 100 millones de pesos de recorte, cuando las autoridades estaban pidiendo justamente lo contrario, una suba. “Me comprometo a hacer el máximo esfuerzo posible”, dijo el ingeniero. La conversación duró poco: menos de dos minutos.
Hubo tiempo, sin embargo, para caerle a Daniel Scioli. Ambos criticaron al gobernador porque “la mayoría de los que van al Garrahan son de la provincia”, pero la Gobernación no dedica un centavo de sus arcas para mejorarlo. “Debería colaborar”, coincidieron.