Clarín

América latina ya supera a Africa en la tasa de asesinatos

Es la región con más homicidios en el mundo. Esto hace que avance con fuerza la industria de la seguridad privada.

- CIUDAD DE MÉXICO. AP

En la pantalla de la computador­a de Alberto Herrera apareció un alerta. Individuos que decían pertenecer al Cartel del Golfo habían detenido unos vehículos que transporta­ban sustancias químicas por una región del noreste de México donde impera la anarquía. Capturaron a dos conductore­s de un camión y exigieron que les entregasen el valioso cargamento.

Las conversaci­ones telefónica­s y las comunicaci­ones radiales eran típicos de una oficina policial, pero este era un centro de emergencia­s de Internatio­nal Private Security, una compañía con sede en México que ayuda a grandes empresas de todo el mundo a hacer negocios en regiones azotadas por el crimen organizado. Gigantesco­s monitores mostraban la ubicación de decenas de vehículos con cargamento­s codiciados por los delincuent­es como ropa de diseño y obras de arte, y de ejecutivos por los que se podría pedir rescate.

El equipo negociador del cliente fue el que se encargó de gestionar la liberación de los conductore­s y del cargamento. “No querían que llamásemos a la policía. La gente no siempre confía en la policía”, comentó Herrera.

La desconfian­za en las fuerzas policiales ha hecho que las firmas de seguridad privada sean un gran negocio en América latina, donde la mayor parte de las fuerzas policiales son considerad­as incompeten­tes o corruptas, mientras au- mentan los homicidios, secuestros y extorsione­s. Azotada por carteles de las drogas y por violentas pandillas, América latina desplazó a Africa como la región con la tasa de asesinatos más alta del mundo.

Aquí, un ejército de casi 4 millones de agentes privados genera una industria que crece a un ritmo del 9% anual y que para 2016 podría mover 30.000 millones de dólares, según proyeccion­es.

En toda la región, la relación entre guardias privados y policías es muy superior al promedio mundial de dos por uno. En Brasil hay cuatro agentes privados por cada policía, en Guatemala cinco y en Honduras casi siete.

“El sector privado debería complement­ar” a la policía, sostuvo Boris Saavedra, profesor de seguridad nacional del Centro para Estudios de Defensa Hemisféric­os con sede en Washington. “Pero en algunos países no son algo complement­ario, son el actor principal”.

Los guardias privados son parte de la vida diaria. Con rifles y chalecos a prueba de balas, custodian panaderías y hasta la distribuci­ón de colchones, Coca Cola y embutidos. Emplean audífonos y esconden sus pistolas debajo de sus trajes oscuros mientras acompañan a los hijos de los ejecutivos a la escuela.

Pero no son la solución para la delincuenc­ia desenfrena­da. Ofrecen protección a los ricos y a sectores de la clase media, dejando librada a su suerte a la mayoría pobre de la población en una región con la peor disparidad de ingresos del mundo.

Los traficante­s de drogas imponen el terror y a menudo compran a la policía para que trabaje para ellos. En un suburbio de clase media de Buenos Aires, Jorge Kiss dice que fue secuestrad­o y robado tres veces en su casa pese a que su vecindario tiene un guardia privado.

Por otra parte, la industria de la seguridad privada surgió tan de repente que aún no está debidament­e regulada. Y la calidad de estas fuerzas varía. Algunos agentes han sido entrenados por ex comandos israelíes y cobran sueldos de clase media por proteger ejecutivos de grandes empresas. Otros se las arreglan con menos. Un policía hondureño jubilado de 56 años dijo que le dieron un machete para vigilar una clínica y ganaba 190 dólares al mes.

La mayoría de las agencias de seguridad privada de la región no tienen licencias formales, por lo que no hay estadístic­as confiables sobre la cantidad de muertes y delitos en los que se ven envueltos.

En Buenos Aires apenas 150 de 15.000 guardias de locales nocturnos completaro­n cursos básicos para esa actividad, de acuerdo con el Centro Regional para la Paz, el Desarme y el Desarrollo de América Latina y el Caribe de la ONU.

“Guardias privados mal entrenados y que portan pistolas hacen que los tiroteos resulten más peligrosos para los transeúnte inocentes”, advirtió el Departamen­to de Estado de EE.UU. el año pasado en un informe para el Buró de seguridad Diplomátic­a.

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AP Custodia. Guardias privados protegen una gran empresa en México, donde el delito es moneda corriente.

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