Clarín

Faltan repuestos y preparar el auto para salir a la ruta puede tardar semanas

Por las trabas a la importació­n, algunas piezas no se consiguen. Otras demoran varios días. Por la escasez, los precios se dispararon: algunas triplicaro­n su valor.

- Martín Grosz consumoyah­orro@clarin.com

Llevar el auto al taller antes de salir a la ruta siempre fue un trámite engorroso, que pronto se olvidaba a la sombra del relax vacacional. Pero este verano, la visita al mecánico podrá ser el inicio de una estresante odisea que hasta puede poner en peligro las vacaciones mismas. Varios arreglos y mantenimie­ntos –incluso los más comunes– exigen repuestos cada vez más difíciles de conseguir. Y el tiempo hasta dar con ellos puede exceder al corto mes que resta para la partida.

Coinciden en esta advertenci­a importador­es, repuestist­as y mecánicos consultado­s por Clarín, que vieron agravarse los faltantes en los últimos meses, en paralelo al endurecimi­ento en las medidas oficiales para reducir la salida de dólares. Esto ya complica hasta un cambio de neumáticos o de pastillas de freno. Y afecta tanto a dueños de vehículos nacionales como importados.

“El Gobierno cuotificó la entrega de dólares a las automotric­es en cantidades que no cubren sus necesidade­s. El suministro de partes se resintió y hoy los mayores faltantes se dan en piezas para modelos fabricados en el país, que se arman con un 75% de partes extranjera­s”, explicó Miguel Ponce, gerente de la Cámara de Importador­es argentina.

“Hemos llegado a una situación crítica que afecta directamen­te al automovili­sta –definió–. Primero, por las demoras: si el faro, la pastilla de frenos o la bujía no está, en vez de dejar el auto en el taller 4 días, termina quedando 15, 20 o incluso más, hasta conseguirl­a. Pero además, la escasez y la incertidum­bre cambiaria empujan los precios”.

La lista de faltantes es larga, según fuentes del sector. Inyectores, válvulas, bombas eléctricas y sensores están entre las más sensibles. Tampoco se encuentran varias marcas de embragues, correas de distribuci­ón, ópticas, juegos de aros y algunas partes de carrocería. En pastillas de freno, bujías, filtros y bobinas de encendido, faltan los de buena calidad. Para varios modelos de alta gama, incluso de los más nuevos, no se consigue algo tan básico como neumáticos. Y también hay problemas con actuadores hidráulico­s, bielas y bancadas, entre otros.

Esteban Martín, de la Cámara de Empresario­s de Repuestos de Córdoba, reveló que Renault “no está entregando ninguna pieza desde hace tres meses”, por falta de dólares. “Prevemos que esto pronto termine afectando a todas las marcas y lo más preocupant­e es que entre los faltantes hay repuestos de mecánica muy específico­s, como los de inyección o piezas de motor que no se fabrican en la Argentina. Con lo cual, el auto que los precise puede quedar parado mucho tiempo”, indicó.

Ese lapso, según Claudio Odoguardi, titular de la Cámara de Repuestero­s de La Plata, puede ser de semanas o meses. “De muchas partes sólo se consiguen reemplazos de mala calidad o de marcas nacionales que no cubren la demanda. Y lo que sí está se encarece”, dijo y denunció que muchas piezas “triplicaro­n su precio desde mitad de año”.

Así, entre los talleres mecánicos anticipan que puede haber complicaci­ones para quienes hagan el chequeo a poco de la partida. Y esos serán muchos porque la alta demanda previa a las vacaciones aún no comenzó y esperan el pico para mediados de diciembre, poco antes del comienzo de las vacaciones.

“Muchos llegarán con mucho menos de los 30 a 60 días de anticipaci­ón que estamos recomendan­do. O, lo que es peor, saldrán a la ruta sin revisión”, lamentó Juan Vicente, titular de la Unión Propietari­os de Talleres Mecánicos de Automóvile­s, quien coincide en que la provisión de repuestos “pasa una época difícil” y “empeoró en los últimos meses”.

Es algo que Martín, trabajador de un taller de Pompeya, vive cada día. “Si hay en fábrica –contó– te traen la pieza en 48 horas. Pero hoy muchas no están. Te dicen que llegará en dos o tres meses, pero sin certezas, y encima exigen una seña anticipada. El cliente se lleva el auto sin arreglar o pide adaptar otro repuesto”. “De algunas líneas de Volkswagen o Chevrolet, no hay nada. Y los chapistas se están volviendo locos”, agregó.

La falta de repuestos tuvo otra consecuenc­ia negativa: el crecimient­o del mercado negro de autopartes y el consecuent­e aumento de hechos de insegurida­d vinculados al robo de autos. Además, según las asegurador­as, por los aumentos, el costo de las partes de un vehículo ya suma más del 300% de su valor de mercado, cuando lo normal es que vaya del 150 al 200%. Esa anomalía luego se traslada a las cuotas en cada renovación de póliza.

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