San Lorenzo Jugando por un sueño
A las 16.30 enfrenta al Real Madrid, en Marruecos, por la final del Mundial de Clubes. En la foto, el banderazo en la plaza de la Ciudad Vieja de Marrakech. Esperan a 12 mil hinchas argentinos en el estadio.
A una historia tan rica, con tanta gloria escrita entre sufrimientos y milagros, le faltaba un capítulo así de impactante. Tiembla San Lorenzo, pero no de miedo. Es la emoción. Se siente aquí, en cada paso. Y se entiende semejante cóctel de vibraciones. Soñaba toda su vida con una final del mundo y la tiene. Anhelaba cruzarse con el Real Madrid y lo tiene. Eso sí, ahora el cosquilleo adquiere otros matices. Es diferente. No sólo se genera en el orgullo y en la celebración por encontrarse en el sitio que tanto añoraba. Es que a toda velocidad empiezan a imponerse las curiosi- dades deportivas. Es el momento de jugar y las intrigas invaden sin piedad a San Lorenzo.
¿Podrá plantárseles de igual a igual a estas megaestrellas que encima vienen dibujando un récord tras otro? ¿Resistirá el San Lorenzo de los 100 millones de pesos de presupuesto contra el Real Madrid y sus 540 millones de euros? ¿Eludirá San Lorenzo esa paliza anunciada por sus detractores y por muchos periodistas españoles?
Si apunta a anular sólo a la híper figura, a Cristiano Ronaldo, cometerá San Lorenzo un error grosero por más que en este 2014 el portugués haya celebrado 56 veces en 51 encuentros y sea el segundo mejor asistidor con 9. Es que los goles le salen por los poros al Madrid. Acelera, transpira un poco y llega a la red. Un proceso natural. Si se piensa sólo en CR7, lo más probable es que aparezca Karim Benzema, quien ayer festejó sus
27 años, muchísimos menos que los 125 goles en sus 258 presentaciones en la Casa Blanca. Si enfocara en Cristiano y en Benzema, tampoco solucionaría todo. Podría lastimarlo Gareth Bale, quien desde su llegada quebró 32 veces a los arqueros rivales en 65 partidos.
Si elige discutir la pelota en el medio, Toni Kroos parece el hombre a rodear, porque controla todo como si tuviese un joystick desde el corazón de la cancha. Y algo más: ostenta 10 asistencias. Es el que más pases-gol sirvió, inclusive con lanzamientos de cirujano en un par de tiros libres. Contra el Cruz Azul, además, entregó 57 pases correctos. Sólo falló 2. Y si la prioridad es tapar a Kroos, ¿quién se encarga del exquisito Isco?
Tampoco puede descansar en romper el juego interno. Porque por afuera vaya si saben mandarse Carvajal y Marcelo. Y si San Lorenzo encontrase las llaves para cerrar esas puertas, podría ser sorprendido en alguna pelota parada por Sergio Ramos o Pepe. Y si el empate no se quiebra, San Lorenzo deberá vencer en los penales a Iker Casillas, quien atajó dos en cinco días.
Encima San Lorenzo no sabe si podrá contar con Néstor Ortigoza, clave en el medio, afectado por una inflación en el tendón de Aquiles y también por una contractura. Edgardo Bauza dijo que arrancará, aunque deslizó que también podría no hacerlo. Es más, desde la concentración se asegura que está más afuera que adentro. Si no llega, entrará Facundo Quignón.
Firme, el Patón no escondió nada. A pesar de la oscuridad ante el semiamateur Auckland City en la semifinal, no hay cambios ni de esquema (4-1-4-1) ni de nombres. Eso sí, según Bauza adelantó, se modifica la estrategia: “Vamos a salir a esperar”. Lógico.
No sólo San Lorenzo tiene escaso gol, dificultades de elaboración y ciertas fragilidades atrás. Además, llega en inferioridad física. Parece una locura el sueño, pero es un partido. ¿Por qué no puede salirle perfecto? ¿Por qué no puede ser este el día en que el gigante se duerma y su invicto se derrumbe? ¿Por qué no? Este San Lorenzo igual cree. Y hay que creerle. Porque es un equipo que une historias de vidas de jugadores narradas desde la humildad profunda Y porque lo sostiene una historia llena de milagros.