Clarín

Desplazaro­n a Jaime Stiuso, un espía histórico de la ex SIDE

Era el director General de Operacione­s y número tres de la SI. Trabajaba allí desde fines de 1972.

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La versión oficial cuenta que ingresó a la SIDE en diciembre de 1972. Arrancó como el chico que hacía mandados y terminó como director general de Operacione­s, el tercero en importanci­a dentro del escala

fón interno. Se trata de Antonio Stiles, más conocido como Jaime Stiuso. La versión filtrada por el Gobierno a través de Página 12 y luego en un breve cable de la agencia Télam, indica que se terminó la carrera del espía más conocido de la Secretaría de Inteligenc­ia. Oscar Parrilli, el nuevo secretario de Inteligenc­ia, le pidió la renuncia al cargo. Siempre según la versión oficial, Stiuso habría entregado la dimisión, pero seguiría en la SI.

“Técnicamen­te pasó a disponibil­idad, según nuestro estatuto, pero conserva su categoría y sigue cobrando el sueldo”, dijeron fuentes del edificio de la calle 25 de Mayo.

Otro espía aseguró que “ya entregó el despacho y hasta el auto oficial”. El desplazami­ento, término que se utiliza dentro de la SI, de “El Petiso”, significa el fin de una era y de un grupo de espías que creció a las sombras de Stiuso.

Luego de la salida de Héctor Icazuriaga y de Francisco “Paco” Larcher, todas las miradas estaban puestas sobre Stiuso, el “rey de los espías”, una leyenda que construyó él mismo.

El director general de Operacione­s ya había dado varios indicios de que sus días estaban contados. Primero denunció ante la Justicia federal que lo habían amenazado de muerte, según anticipó este diario. No fue la única presentaci­ón judicial. También amplió una vieja denuncia contra el juez Claudio Bonadio, que investiga la empresa Hotesur, propiedad de Cristina Kirchner y sus hijos. La presentaci­ón fue desestimad­a en horas por el fiscal Federico Delgado y el juez Sebastián Casanello.

Todas las alarmas se encedieron hace una semana, cuando dio su primer reportaje a un medio. Eligió la revista Noticias. “Se tuvo que mediatizar porque tiene miedo por su vida”, evaluaron cerca suyo. Y agregaron: “Adentro del país está más seguro que afuera. Sigue buscando un destino. Podría ser en algún país africano”.

¿Quién es Stiuso?. De profesión ingeniero, siempre fue un fanático

de la tecnología. Es padre de dos hijas. Una de ellas lo hizo abuelo hace no mucho tiempo. Durante cuatro décadas viajó por el mundo y reunió informació­n de los personajes más poderesos del país: políticos, gobernante­s, jueces, fiscales, empresario­s y hasta periodista­s.

La leyenda cuenta que apenas asumió el ex presidente Néstor Kirchner puso a disposició­n su carpeta y la de Cristina, elaboradas por la SI durante los años en Santa Cruz.

Meses después, el ex ministro de Justicia Gustavo Beliz hizo pública su foto en el programa de Mariano Grondona. “Es quien maneja el poder real”, se quejó aquella noche el funcionari­o. El episodio lo obligó a dejar el cargo y emigrar a Estados Unidos. Stiuso también lo demandó ante la Justicia, aunque perdió el juicio.

Además de pinchar teléfonos y computador­as, y de infiltrar marchas y actos políticos, Stiuso se involucró de lleno en la investigac­ión por el atentado a la AMIA, de la mano de la CIA y el Mossad. Su último cortocircu­ito con la Presidenta, con quien nunca habló, según cuentan en la SI, fue por el polémico memorándum con Irán. “Su salida puede destrabar ese tema”, advertían ayer en la Secretaría de Inteligenc­ia, revolucion­ada con los cambios. En la entrevista con Noticias, Stiuso envió varios mensajes. El principal es que todavía no se quiere ir. “Todavía me falta para jubilarme, no tengo 65 años. Salvo que lo asignes otro valor o interpreta­ción a la palabra jubilación”, soltó en tono irónico.

El más poderoso entre los espías de carrera también confirmó en ese reportaje su pelea con Fernando Pocino, director general de Reunión, el hombre más beneficiad­o por la pelea que estalló esta semana. No por casualidad, Pocino tiene una estrecha relación con el titular del Ejército, César Milani, otro que sumó poder.

Pocino es un hombre cercano al mundo K, pero descendió un escalón cuando intervino en el escándalo que significó las supuestas amenazas de muerte contra Cristina del ISIS. La Presidenta descubrió la maniobra y se quejó en público contra la SI, otro hecho inédito ocurrido en los últimos dos meses. Aunque los movimiento­s internos significan un ascenso para Pocino, en la SI advierten que es un hombre de la “vieja guardia”, que ya está “desclasado”. En la jerga interna, esto significa que se transformó en un espía de escritorio. Stiuso dejó su sillón. Resta saber quién lo reemplazar­á.

Su último cortocircu­ito con la Presidenta fue por el polémico memorándum con Irán

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25 de julio de 2004. El ex ministro Gustavo Beliz mostró la cara de Jaime Stiuso y lo denunció por TV.

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