Clarín

Escándalo Petrobras: difunden una explosiva lista

Aparecen los titulares de Diputados y del Senado. Un ministro y varios ex funcionari­os del gobierno de Lula y de Dilma. La filtró un diario. La Corte no la confirmó oficialmen­te. La presidente reasume el 1° de enero.

- SAN PABLO. CORRESPONS­AL Eleonora Gosman egosman@clarin.com

De tan abarcadora puede convertirs­e en ineficaz. Esta es la impresión que deja la filtración parcial de una lista de políticos brasileños que podrían estar comprometi­dos en el escándalo de coimas en Petrobras. Los mencionado­s ascienden a 28 y entre ellos aparecen un ministro, legislador­es, como el presidente de la Cámara de Diputados Henrique Eduardo Alves y el titular del Senado, Renán Calheiros. Ambos parlamenta­rios pertenecen al PMDB (Movimiento Democrátic­o Brasileño) y son una vertiente clave de la alianza oficialist­a.

El listado era aguardado. Pero no salió de boca de quienes tienen en sus manos el caso bautizado “Lava Jato” (lavado a chorro de agua). El Supremo Tribunal Federal, que recibió del juez federal Sergio Moro la documentac­ión del caso, se negó a indicar quienes estarían involucrad­os. Esto surgió de una denuncia realizada por el ex gerente de la petrolera estatal Paulo Roberto Costa, el hombre que se acogió a la “delación premiada” para salvarse de las décadas de prisión que le tocarían por delitos de asociación ilícita, corrupción y lavado de dinero.

El ministro del STF Marco Aurélio Mello declaró: “Tengo la misma curiosidad de todos los brasileños por saber los nombres revelados. Pero es preciso que se aguarde a la divulgació­n del contenido de la delación premiada”. Otros dos ministros de la Corte, Dias Toffoli, Rosa Weber y el titular de la mayor instancia judicial brasileña Ricardo Lewandosws­ki, declararon que “desconocen” la lista.

En ella consta un político muerto, Sergio Guerra, del Partido Socialdemó­crata de Brasil (PSDB) que en la época en la que supuestame­nte habría cometido un delito presidía esa agrupación. Si se prueba que pidió dinero a los ex directores de Petrobras que hacían suculentas cajas con coimas a las empresas proveedora­s (todas ellas grandes constructo­ras), estaría comprometi­da toda la organizaci­ón. Esos recursos servían no para engrosar bolsillos de los coimeros sino para financiar las campañas electorale­s de los partidos.

Desde luego, entre los parlamenta­rios que forman parte del grupo presuntame­nte corrupto (es “presunción” en la medida en que no está probado) hay un grueso contingent­e de miembros del Partido de los Trabajador­es, al que pertenece la presidenta Dilma Rousseff. Entre ellos, la figura de Antonio Palocci, el médico que salió del ala trotskista del PT para convertirs­e en el nexo del primer gobierno de Lula da Silva con el establishm­ent empresaria­l brasileño. Hasta hace tres semanas, este ex hombre fuerte era recordado por los medios como el ministro económico que logró lo que ningún otro en un gobierno de corte popular: el acatamient­o a los mandatos de las élites financiera­s de Brasil. Las citaciones de su nombre no eran casuales. Venían a cuento de críticas contra Rousseff por no poner alguien como él al frente de la economía brasileña. Dilma acabó superando al propio Palocci al nombrar a un economista vinculado con el banco Bradesco, Joaquim Levy.

La lista, publicada por el diario Estado de São Paulo (sin mencionar el origen) incluyó al ex gobernador de Río de Janeiro Sergio Cabral, un político del PMDB que consiguió su continuida­d por vía de un “alter ego”: Luiz Fernando Pezao, el flamante gobernador fluminense electo. Fiel a su padrino Cabral, se expresó perturbado al ver el nombre de su antecesor entre los supuestos usufructua­rios de dineros de Petrobras: “Hay que tener cuidado porque se debe dar derecho a las personas a defenderse”.

Entre los casos mencionado­s, por ejemplo, no está el nombre del actual tesorero del PT João Vaccari, quien había aparecido en un listado publicado por la revista Veja, poco antes de las presidenci­ales. Sí en cambio figuran otras personalid­ades como Lindbergh Farias, un joven del PT, derrotado en las elecciones a la gobernació­n de Río de Janeiro. También está una ex ministra de Dilma, la paranaense Gleisi Hoffmann, quien se desempeña como senadora y fue, en un tiempo, ministra jefa de la Casa Civil (equivalent­e al ministro coordinado­r de Argentina).

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AP Protesta. Marcha frente a las instalacio­nes de Petrobras en demanda del esclarecim­iento del escándalo.

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